La reciente restauración de la estatua de Manuel Agustín Heredia en la avenida que lleva su nombre ha vuelto a poner el foco en el mejorable estado del grupo escultórico del Marqués de Larios, obra de Mariano Benlliure (Valencia, 1862-Madrid, 1947).

La Fundación Mariano Benlliure, que vela por la conservación de la obra del genial escultor, ha mostrado su preocupación por el estado y emplazamiento actuales del famoso monumento, costeado por suscripción popular e inaugurado el 1 de enero de 1899 para homenajear a Manuel Domingo Larios y Larios, segundo marqués de Larios, fallecido cuatro años antes.

La obra original contaba con una pequeña escalinata de tres peldaños sobre la que se alzaba el pedestal de mármol. Además, estaba rodeada por unas guirnaldas de bronce y sendos escudos de Málaga y de los Larios del mismo material. En las esquinas del pedestal había cuatro desnudos femeninos, también de bronce. De todos estos elementos sólo se conserva una de las cuatro figuras femeninas, que está expuesta en el Museo del Patrimonio Municipal.

En la parte frontal del pedestal, en mármol de la Carrara, Benlliure realizó una alegoría de la Caridad con una mujer con el torso desnudo que alza en brazos a su niño rollizo que ofrece una rama de laurel de bronce al marqués, como agradecimiento de Málaga. Al niño le faltan la mano izquierda y el brazo derecho y por tanto también ha desaparecido la rama de laurel.

En la parte posterior se encuentra una alegoría del Trabajo en bronce, con corona de laurel, pico y azadón, cuyo modelo fue el torero Luis Mazzantini, muy conocido entonces por la afición de La Malagueta y gran amigo de Benlliure. En lo alto, con porte aristocrático, bastón y sombrero de copa, el II Marqués de Larios.

El marqués, en aguas del puerto

En realidad los problemas para la obra empezaron en 1931: Con la llegada de la II República tiran la estatua del marqués al puerto y colocan en su lugar la alegoría del Trabajo. No recuperó su sitio hasta concluir la guerra. «El monumento ha sufrido un montón por los actos de vandalismo del 31. Al marqués le partieron la cabeza y el propio Mariano Benlliure la restauró: Hay documentación de que se lleva la estatua para retocarla, soldarle la cabeza y volver a darle pátina. No sé si a raíz del 31 se perdieron todos los elementos ornamentales que tenía el pedestal», cuenta Lucrecia Enseñat Benlliure, vicepresidenta y directora de la Fundación Mariano Benlliure, además de bisnieta del escultor.

Lucrecia Enseñat explica que también se encuentra en mal estado la alegoría del Trabajo: «Tiene fisurado un brazo, no sé si por los incidentes del 31. Por esa fisura se filtra el agua y va erosionando la propia escultura», subraya, y resalta que la escultura de Manuel Domingo Larios también sufre erosiones.

La directora de la fundación cuenta que en 2012, con motivo del 150 aniversario del nacimiento de Benlliure, se celebró una exposición antológica en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y estaba previsto que el Ayuntamiento de Málaga cediera la alegoría del Trabajo para exponerla en el patio de la institución. «A cambio, íbamos a restaurarla pero con la crisis nos cortaron el presupuesto y no pudimos trasladar esta figura», explica.

Con respecto a los elementos ornamentales desaparecidos, propone que como el Museo del Patrimonio Municipal cuenta con la única figura femenina de las esquinas superviviente, «a partir de ahí se puede hacer un escaneo en tres dimensiones, sin tocar la escultura, hacer tres reproducciones y colocarlas en su sitio, por lo menos para devolverle esa imagen». Lucrecia Enseñat cree que sería más difícil reponer los escudos «porque las fotos antiguas no permiten reponerlas como lo hizo Benlliure y tampoco las guirnaldas».

Pero para la Fundación Benlliure, los problemas principales se producen cuando el conjunto escultórico se desmonta para construir el aparcamiento de la plaza de la Marina, entre finales de los 80 y comienzos de los 90 del pasado siglo.

Alteración de la imagen. «El monumento está colocado sobre el acceso peatonal al aparcamiento, en una salida de humos. Todo se junta ahí y la obra está como flotando», destaca la bisnieta del artista. A su juicio, se trató de una actuación muy desafortunada que «alteró la imagen del monumento».

Para la directora, las obras del parking eliminaron el basamento con los tres escalones y «se ha alterado la escala, proporción y las dimensiones», al tiempo que lamenta «ese terrible esperpento de hormigón sobre el que se le ha levantado y que no han hecho con un mínimo de cuidado. Es una bastez».

La responsable de la fundación cree que antes de estas obras el monumento estaba «más pegado a la ciudad, a la acera, no tan peraltado» y recuerda que originalmente estaba rodeado por una valla: «Era una barrera disuasoria para que no se subiera la gente al monumento».

La salida de humos del parking, subraya, ha ensuciado bastante el pedestal. Por eso propone que el monumento «se podría desplazar ligeramente hacia un lado o hacia otro, pero desde luego que no esté ahí porque es una cosa un poco terrible».

La Fundación Mariano Benlliure no tiene constancia de que el homenaje de los malagueños al marqués se haya restaurado alguna vez, salvo la reparación de urgencia que tuvo que hacer el autor. «No sé si cuando se desmontó se hizo una limpieza superficial o no», apunta la directora.

El pasado año, en algunas ciudades españolas sí se han restaurado esculturas públicas de Benlliure o al menos se ha programado el arreglo. Es el caso del monumento a Eugenio Montero Ríos de Santiago de Compostela, reinaugurado hace unos días y que ha recuperado muchas piezas desaparecidas gracias al escaneo digital. Y en Palma de Mallorca, el monumento a Antonio Maura, derribado al caerle la rama de un ficus durante un temporal, ya tiene presupuesto para la restauración.

La vicepresidenta de la fundación no pretende «que se reponga todo lo que falta» al monumento a Manuel Domingo Larios, «pero sí devolverle la integridad a la obra con el basamento original de tres escalones y que se coloque dignamente, para que la gente pueda verlo a la altura y distancia originales», sin olvidar la recuperación de las cuatro figuras femeninas. Tras la rehabilitación de la escultura de Manuel Agustín Heredia, se pone en evidencia el mal estado del marqués de Larios. Como en las notas escolares, pocos dudan de que necesita mejorar.

Alegoría de la caridadEl niño sin manos y además manco

En la composición original el niño sostenido por la madre ofrece al marqués de Larios una rama de laurel en agradecimiento a sus obras de caridad. Ya en los años 40 el niño tenía un brazo mutilado y le faltaba una mano del otro.

Figuras femeninasSólo se conserva una de las cuatro

En las esquinas del pedestal había cuatro figuras femeninas de bronce. Sólo se conserva una, expuesta en el Museo del Patrimonio Municipal. La Fundación Mariano Benlliure pide que se reproduzcan las otras tres a partir de la original.

Alegoría del trabajoGran fisura en el brazo derecho

La fisura en la escultura provoca que entre el agua de lluvia y se erosione. La fundación había acordado con el Ayuntamiento la cesión temporal en 2012 para una exposición en Madrid, a cambio de restaurarla. La crisis lo impidió.

En plena salida de humosUn emplazamiento poco adecuado

Tras las obras del aparcamiento de la plaza de la Marina el monumento perdió la escalinata y ganó en hormigón y humos. La fundación propone que se desplace ligeramente.