­La Costa del Sol abre el curso turístico con optimismo. El estruendo del cambio del año, con toda su retórica ceremoniosa de admoniciones y buenos deseos, deja al sector en el mismo punto de gloria con el que abandonó 2014. Tras meses de crecimiento acelerado, la provincia ha recuperado su autoestima y ya no quiere saber nada de los fantasmas y depresiones preventivas que aparecían sobre el horizonte cada vez que se esfumaban las navidades. La estacionalidad, como el dinosaurio de Monterroso, sigue ahí, pero también la tendencia al alza, que vaticina un 2015 eufórico en sus pasos hacia adelante y en tónica de continuidad con el histórico curso recién finalizado.

Los empresarios del sector, poco dados a las exageraciones, reconocen que en esta ocasión las perspectivas sí que son son positivas. Si no se produce un contratiempo mayúsculo -tercia Miguel Sánchez, responsable turístico de la patronal andaluza- la provincia prolongará el estado de gracia de 2014, que finalizó con números de récord en entrada de turistas. Y, además, con un nuevo aumento en los indicadores más afectados por la crisis, entre los que se incluyen la rentabilidad y el empleo.

De acuerdo con los empresarios, los hoteles continuarán en 2015 con la escalada de precios. No de manera radical ni histérica, pero sí con la suficiente constancia como para confirmar la recuperación y la salida de los abismos desatados durante los primeros años de la contracción económica. De momento, las reservas funcionan a buen ritmo. Y eso, a pesar de la irrupción del mes de enero, uno de los más flojos tradicionalmente para el sector turístico. «Quedan asignaturas pendientes como la estacionalidad -diferencia entre la demanda de invierno y de verano- pero creo que este va a ser el curso en el que se diga adiós a toda esa herencia negativa», resalta.

En el empleo también se continuará en las mismas coordenadas que en 2014, el primer año desde el inicio de la crisis que se saldó en Málaga con números de crecimiento. Gonzalo Fuentes, de CCOO, que cifra en un 5 por ciento la subida del pasado curso, entrevé, no obstante, luces y sombras en la evolución. Sobre todo, por el alto porcentaje de trabajos inestables y contratos fraudulentos. Además, hace un llamamiento a la cautela. «No podemos bajar la guardia ni olvidar la cantidad de turistas prestados por la situación del norte de África. Y una clave para fidelizarlos es la calidad del servicio, que depende del empleo», reseña.

El último envite turístico del año, las fiestas de Navidad, insufla, sin duda, un halo de esperanza. Francisco Moro, vicepresidente de Aehcos, la patronal hotelera, coincide con Miguel Sánchez en un primer análisis positivo, con números y porcentajes de ocupación similares a los de 2013 para la capital y para el conjunto de la Costa del Sol.