­La Universidad de Málaga quiere que todo sean facilidades para sus alumnos, y para evitar que ninguno tenga que abandonar su carrera por motivos económicos, este año permitirá a los que estén pendientes de recibir una beca que se examinen sin tener antes que pagar las tasas. La nota que saquen se incluirá en el acta y se subirá al expediente cuando se resuelva la convocatoria.

Es la segunda vez que la UMA pone en marcha esta medida extraordinaria, pero en esta ocasión lo ha hecho de forma automática para todos los alumnos que se han quedado con la miel en los labios y a las puertas de hacerse con una beca del Régimen General, porque no cumplían los exigentes requisitos académicos que desde hace tres años aplica el Ministerio de Educación. Todos se convirtieron en potenciales solicitantes de una ayuda de estudio de la Junta y la propia institución académica, que rebaja las exigencias de nota y créditos aprobados, pero mantiene los de renta.

Más de 3.700 alumnos, según la información facilitada por la vicerrectora de Estudiantes de la Universidad, María Jesús Morales, aspiran a una ayuda de estudio. Son los que se han quedado fuera del proceso de selección de una beca del Régimen General y que automáticamente han pasado a ser aspirantes de una ayuda. A estos habrá que sumar los alumnos que, en plazo, han presentado su petición. La convocatoria concluyó ayer (empezó el 12 de diciembre). Sus solicitudes se resolverán en la segunda quincena de febrero. Sin embargo, no serán tantos los que los que consigan finalmente esta ayuda. Pese a todo, podrán examinarse. Si finalmente son merecedores de una beca, la nota que saquen en las pruebas se subirá al expediente. Si no obtienen esta ayuda, tendrán que pagar la matrícula para que su calificación les cuente.

La Universidad de Málaga ha aumentado en 200.000 euros su aportación a estas ayudas. En total, los alumnos merecedores de beca se repartirán 900.000 euros. La Junta aporta la mitad y la UMA la otra mitad. «Este año hemos hecho un esfuerzo para aumentar esta cuantía ya que el pasado año la Junta no llegó a completar la cantidad que había comprometido», explica Morales. Esta ayuda sirve para abonar los precios públicos de los créditos. Es decir, sólo sirve para pagar la matrícula.

La Universidad de Málaga además este año destina 55.000 euros de fondos propios para ayudas a los alumnos que sean víctima de situaciones familiares sobrevenidas durante el año, y que no consten en la declaración de la Renta del anterior y, por tanto, no se tienen en cuenta para la asignación de becas del Régimen General. Son las denominadas ayudas de emergencia, que desde hace tres cursos entrega la UMA.