Los riesgos medioambientales de la provincia no se reducen a inundaciones, también la sequía permanece como una espada de Damocles constante sobre Málaga. Pero la falta de lluvias no es el único problema, ya que la situación se agrava ante la alta presión demográfica que se vive en la Costa del Sol y en el Valle del Guadalhorce.

Además, la limitación de los recursos hídricos disponibles reduce el margen de maniobra: acuíferos sobreexplotados, fuentes de agua salinizadas, embalses con escasa capacidad y una red de regadíos deficientes se suman a esa lista de problemas endémicos de la provincia.

El Plan de Gestión del Riesgo de Inundación elaborado por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía pone de relieve estas carencias, apuntando a que el abastecimiento en los núcleos interiores es muy deficiente al depender de «surgencias naturales o de captaciones en acuíferos de escasa entidad, muy sensibles a los periodos prolongados de escasa pluviosidad».

Escasa capacidad

Esa falta de recursos hídricos naturales no se ha sabido compensar con embalses, como reconoce el mismo plan, que advierte de la escasa capacidad de la presa de La Concepción, que le impide aprovechar numerosas escorrentías en años de lluvias normales y que se pierden. Eso conlleva la sobreexplotación, en la Costa del Sol Occidental, de las masas de agua subterránea, como en la Sierra de Mijas, que está llegando a su límite.

El análisis sobre la sequía que incluye este plan también observa datos preocupantes para algunas masas de aguas subterráneas del interior, que han visto empeorar su situación por el crecimiento de la superficie regada desde 1997.

En la comarca de la Axarquía, la intensa presión por la actividad agrícola es el principal problema, si bien en zonas densamente pobladas los usos en abastecimiento juegan también un papel importante en el grado de sobreexplotación actual de algunas masas de agua subterráneas.

Las extracciones abusivas de aguas subterráneas para el riego de campos de golf, que se concentran en acuíferos de la Costa del Sol Occidental, también están ocasionando problemas en las reservas de aguas, con una mayor salinización por la intrusión marina en acuíferos costeros.

El problema de este proceso es la rapidez con la que se deterioran esas reservas, que son muy difíciles de recuperar a corto plazo. Como medida preventiva, el plan apuesta por crear comunidades de usuarios para que organicen un uso racional de las reservas y medidas de protección.