­La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a 26 años de prisión a un vecino de la capital que abusó de forma continuada y violó en varias ocasiones a las dos hijas menores de edad de su pareja, con la que convivía en la ciudad. En el caso de una de la niñas, los hechos se prolongaron desde 2001, cuando la menor tenía diez años, hasta 2008, cuando cumplió los 18 y ella se fue de casa; en cuanto a la otra, estos episodios se alargaron desde 2008, cuando la pequeña contaba con 14 años, hasta 2012, con la mayoría de edad.

Así, según el apartado de hechos probados de la sentencia, el acusado, E. M. T., de 52 años, convivía junto a su pareja y las hijas de ésta, de 10 y siete años, respectivamente. Así, efectuó a la primera de ellas «en innumerables ocasiones, sin que se pueda precisar el número exacto, pero de forma frecuente, tocamientos en distintas partes de su cuerpo, tanto en sus pechos como en el interior de su braguita». Esto se prologó hasta que cumplió los 18 años y pudo marcharse del domicilio.

Asimismo, desde 2008, contando su hermana con 14 años, el procesado «comenzó a efectuarle también tocamientos en los pechos, aprovechando las ocasiones en que estaban solos en la vivienda familiar y algunas noches en las que ella estaba acostada en su habitación, mientras le decía que si contaba lo que sucedía, la familia se destruiría, que la enviarían a un centro de menores de acogida, donde ya había estado tiempo atrás, y nadie la iba a querer nunca, sucediendo estos hechos de forma habitual hasta 2012», indica el tribunal en la sentencia.

A finales de 2011, cuando la misma niña contaba con 17 años, el procesado le preguntó «si quería hacerlo, y, aunque en un principio le dijo que sí, cuando llegaron a su habitación y él le bajó los pantalones, ella le pidió que por favor parara, pero él hizo caso omiso a sus peticiones, y la agarró fuertemente, colocó su brazo sobre el pecho impidiendo que se marchara de la habitación» mientras la agredía sexualmente sin usar preservativo.

Pocos días después, la perjudicada se fue a vivir de su hermana, pero a los tres meses volvió al domicilio, pero el encausado comenzó de nuevo a efectuarle tocamientos, «a pesar de que ella le decía que no quería, pero él no hizo caso, hasta que, al comenzar el verano de 2012, se le acercó y la empujó sobre la cama, le quitó los pantalones», y volvió a agredirla sexualmente.

La joven, asustada, siempre según el tribunal en la sentencia, «le manifestó que iba a contar lo sucedido, pero el acusado sacó una navaja y le dijo: ´Si tú piensas que vas a decir algo, de aquí no sales viva».

El encausado es sentenciado por dos delitos de abusos sexuales continuados a seis años, así como a no poder acercarse a menos de 500 metros de las niñas o comunicarse con ellas por cualquier media. Asimismo, se le imponen doce y siete años de cárcel por dos delitos de agresión sexual, así como a no acercarse a la víctima durante una década. Por el delito de amenazas, la Sala le impone un año de cárcel y le prohíbe acercarse a la misma joven durante un par de años.

Por último, la sala sentenciadora le impone el pago de una indemnización de 20.000 euros para una de las menores y de 60.000 euros para la otra, amén del pago de las costas. Contra esta sentencia cabe recurso de casación ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo.