La antigua prisión provincial de Málaga, que fue construida en 1933 y dejó de tener uso penitenciario en 2009, se convertirá en un espacio experimental para la creación cultural, para lo que el edificio será rehabilitado en distintas fases.

Con una superficie construida de 9.985 metros cuadrados dividida en dos plantas y en una parcela de 14.112 metros cuadrados, el centro cultural será posible después de que el Estado cediera el edificio al Ayuntamiento de la ciudad.

La concejala de Cultura, Gemma del Corral, ha afirmado hoy a los periodistas durante una visita a las dependencias que está previsto "ir recuperando el espacio por fases e ir trabajando con los artistas en el diseño de la gestión".

El objetivo es que el futuro centro "esté abierto a todos los que lo necesiten y que sea multidisciplinar, transversal y para todas las edades", según la edil, que ha precisado que la primera intervención afectará a una superficie de unos 2.000 metros cuadrados.

La superficie completa no se podrá ofrecer a corto plazo, ya que una estimación municipal cifra en unos seis millones de euros la inversión necesaria para rehabilitarla, pero sí se espera disponer al menos de la planta baja del inmueble.

Para avanzar en las siguientes fases, el Ayuntamiento espera disponer de fondos europeos y está abierto a la participación de otras administraciones.

En la antigua cárcel ya han sido retirados elementos inflamables como muebles, enseres o colchones por parte de una empresa especializada y a partir de ahora se harán acometidas de agua y electricidad, con una inversión inicial de unos 120.000 euros.