La Unión de Policía Local y Bomberos de Andalucía (UPLBA) dirigirá un escrito al Área de Seguridad del Ayuntamiento de Málaga y a la Comisaría Provincial con el objetivo de pedir «cordura» tras conocerse el malestar que ha provocado en la Policía Nacional una actuación del cuerpo municipal que acabó con un menor detenidos por un presunto delito de alteración de orden público y otro de enaltecimiento del terrorismo. Según la portavoz del sindicato, Ángela Maldonado, el objetivo es que las diferencias se limen en los órganos de coordinación que existen para ello, «y no ante la opinión pública». «Esto no beneficia a nadie. Ambos cuerpos tenemos los mismos objetivos y el mismo espíritu de servicio a la ciudadanía, por lo que pediremos que ambas partes se reúnan lo antes posible», añadió Maldonado. A la polémica, iniciada la semana pasada con una denuncia del Sindicato Unificado de Policía (SUP) por una supuesta invasión de competencias, le siguió la inmediata respuesta de la UPLB, cuyos responsables defendieron la actuación policial al asegurar que estaba amparada por la Fiscalía de Menores.

Sin embargo, el momento más caliente se ha producido esta semana, cuando La Opinión de Málaga reveló que el comisario jefe provincial de Málaga, Pedro Garijo, había presentado una queja formal ante la comisión de la Policía Judicial de Málaga, formada por los órganos judiciales de la provincia, la Fiscalía y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. En su demanda, el comisario destacó su malestar por la relevancia de una intervención que considera de completa competencia de sus investigadores. Los hechos que motivaron ese malestar ocurrieron el 23 de enero. La Policía Local detuvo a un chico de 17 años en su casa por supuestamente difundir un mensaje que alertaba de una bomba en un centro comercial de la capital y posteriormente añadir: «Vamos a sembrar el caos un ratito». El Ayuntamiento de Málaga informó entonces de que los agentes informaron a la Fiscalía de Menores del caso cuando comprobaron que era menor, además de avisar a una abogada del turno de oficio para que asistiera al chico y estuviera presente en el registro del ordenador.