Carlos Guijarro (Badajoz, 1955) nunca pensó que lo que comenzó como una mera inquietud histórica sobre lo sucedido en 1937 con la huida de los habitantes de Málaga hacia territorio almeriense se convertiría en un cómic, que fue presentado ayer en Málaga.

Esta es su primera incursión en el mundo de la literatura gráfica,¿qué le ha llevado a crear «Paseo de los canadienses»?

Un poco la sorpresa por encontrarme con un episodio así del que no sabía absolutamente nada. A medida que fui descubriendo más sobre el asunto, me parecía que era el suceso más dramático de toda la Guerra Civil en término de vidas humanas. Como nadie de mi alrededor sabía nada, decidí que había que contarlo.

Este hecho histórico también era desconocido para usted en un principio, ¿cómo llegó a descubrirlo?

Fue por casualidad porque vi una placa conmemorativa a Norman Bethune mientras andaba por el Paseo de los canadienses y me pregunté la causa de la presencia de este hombre, al que yo conocía por su labor en China, en este territorio malagueño. Fue entonces cuando decidí investigar en internet. De este modo, descubrí un escrito suyo de 1937 en el que hablaba del crimen de la carretera de Málaga-Almería.

Al igual que ocurrió en su caso, se encuentra una amplia población que desconoce lo sucedido en la zona, ¿cuál señalaría como la causa principal?

Hay varios motivos, pero uno de los más importantes es que esto le paso a gente anónima, vulgar y corriente. No hay ninguna figura de relieve que le diese visibilidad.

¿Cree que gracias a su obra estas historias podrán tener al fin el reconocimiento merecido?

Es difícil porque realmente de este tema no se sabe nada y con una sola historia es complicado conseguirlo, pero espero que «Paseo de los canadienses» forme parte de una serie de pequeños pasos para conseguir ese reconocimiento tan merecido.

Éste es su primer cómic, ¿cuál ha sido su proceso de adecuación a un género que le era tan desconocido?

En realidad he ido aprendiendo según he ido creando por la falta de nociones que me pudiesen orientar en este ámbito. Siempre me había gustado dibujar pero nunca me había planteado dedicarme a esto. Nunca pensé que acabaría formando este cómic, pero mis propias ganas de conocer más sobre el asunto hicieron que me documentara más y más hasta que tuve la necesidad de plasmar todo lo encontrado en estas páginas.

¿Qué ha significado para usted «Paseo de los canadienses»?

Este libro es un gran cambio al adentrarme en una labor que nunca pensé que pudiese hacer. Pero tras la sensación que he recibido de mi labor, puedo decir que aquí comienza mi andadura como autor de cómics. De hecho, ya estoy trabajando en la próxima obra que estará formada por distintos relatos breves.

Para realizar su cómic se ha documentado con testimonios verídicos pero extrapolándolos a la historia de una familia ficticia, ¿qué hay de realidad y qué de ficción en su creación?

Al no tratarse de un cómic documental, había que dramatizar el hecho para la funcionalidad de la lectura. Por este motivo, yo cree una familia convertida en un elemento vertebrador con la capacidad de mostrar lo que vivieron tantos malagueños.

¿Qué aceptación está teniendo el cómic de parte de la audiencia?

Por ahora la respuesta que estoy recibiendo es realmente buena. No sé cuántos libros se han vendido, pero sé que el número es elevado. De hecho, está prevista otra presentación en abril en FNAC por la aceptación recibida.