Un ex becario de la banda de música municipal ha demandado al Ayuntamiento por despido nulo o improcedente reclamando su readmisión al estimar que la institución ha incurrido en «fraude de ley» ya que se valió de su condición de becario para encubrir una relación laboral pues la «aparente beca» constituyó en realidad un contrato de trabajo durante siete años.

Antonio Berrocal, músico de percusión, fue contratado como becario o educando por la banda municipal en octubre de 2007 hasta noviembre de 2010 y en una segunda etapa desde febrero de 2011 hasta febrero de este año. En el ínterin entre estas dos etapas fue contratado por la empresa municipal del Festival de Málaga, también para prestar sus servicios en la banda municipal.

En la demanda señala que nunca ha sido tratado como un becario en la banda, pues «no existe ningún plan de formación», sino que estuvo ocupando una plaza de percusionista y desarrollando las mismas tareas que el resto de miembros de la banda, con el mismo horario, acudiendo a los ensayos, sometido a las órdenes y organización de la banda y participando en los conciertos como uno más.

Es por ello que en la demanda defiende que el Ayuntamiento y la banda de música se han valido de su periodo de becario para «encubrir una relación laboral, utilizando la beca como un contrato de trabajo» y a él como si fuese un trabajador más de la banda ya que ha venido desempeñando las mismas tareas que el resto de sus componentes. Berrocal considera que ha habido «una relación laboral encubierta por medio de una beca, lo que supone un fraude de ley en la contratación».

Más aun, el demandante considera su cese como becario como «una represalia» del Ayuntamiento por haber interpuesto anteriormente otra demanda en la que reclama tener derecho a un contrato indefinido en la banda, demanda que está pendiente en el Supremo.

La demanda por despido lo argumenta señalando que aunque el periodo de becario había llegado a su fin, el cese es una represalia pues la necesidad de cobertura del puesto de percusionista seguía existiendo y por ello se contrató inmediatamente a otro músico «bajo el amparo de autónomo». Si durante siete años trabajó sin reproches y acumuló experiencia «¿por qué no se le ofreció ese contrato a el?», termina preguntando en el texto de la demanda.