­Tiene más de 2.000 años de antigüedad y una posición estratégica que le ha valido para convertirse en un lugar de relevancia dentro de la historia. Se cree que en la época árabe se llamaba Sinyana y evolucionó hasta su nombre actual, Churriana; la tierra que vio crecer a los primeros sindicatos obreros -a finales del siglo XIX- y el lugar donde han vivido personajes tan ilustres como María Victoria Atencia, Ernest Hemingway, Gerald Brenan o Julio Caro Baroja.

Churriana es uno de los distritos más grandes en extensión. Limítrofe con Torremolinos, engloba desde Cortijo de Maza hasta el parque del Guadalhorce. Cruza el río e incluso incluye gran parte de los polígonos de las inmediaciones. La sierra es otra de sus líneas divisorias con Alhaurín de la Torre. De ahí hacia dentro se encuentra una de las minas de oro de la provincia, el aeropuerto, la afamada Cónsula y pequeños núcleos urbanos hasta llegar al campo de golf; el primero de la zona creado en 1926.

Un territorio en el que chocan dos realidades. La dulce añoranza de un municipio con vida propia que gozó de independencia hasta 1905 que se ha transformado en una ciudad dormitorio. El distrito número 8 ha sufrido un cambio paulatino que los vecinos miran con escepticismo y reclaman mayor autonomía.

Con 19.000 personas censadas, uno de los problemas que presenta la zona desde hace varios años es lo obsoleta que ha quedado esta cifra. El boom inmobiliario se afincó como uno más pero los nuevos habitantes no se han empadronado al cambiar de residencia. Este baile de cifras enmascara mucho más que contabilizar cuántos son y algunos vecinos se atreven a decir que es el argumento que respalda uno de sus grandes problemas, la falta de unas urgencias 24 horas.

Es la reclamación repetida hasta la saciedad por todos sus habitantes. Echan en falta este servicio que les hace sentir que aún son un distrito de segunda. El síndrome de los que viven en el extrarradio que les hace pensar que la lejanía está reñida con el olvido.

Manuel Gross tiene 44 años y desde hace 15 vive en Churriana. La falta de solvencia económica apretaba y hace más de un año que regenta la cafetería El Mirador. Es uno de los innumerables que reclama la apertura del edificio de urgencias. «Tengo dos hijos y cuando pasa algo voy directamente al Clínico. Esto no puede ser», concreta.

La Junta de Andalucía invirtió en 2008 hasta 1,8 millones de euros para la construcción de este edificio, junto al centro de salud, y aún no ha abierto sus puertas. A los vecinos les corresponde el centro de Alhaurín de la Torre pero muchos detallan que al derivarles al Clínico tras su visita, deciden saltar ese paso e ir hacia Málaga directamente. Mientras tanto, el centro de salud del distrito está abierto de 8.00 a 20.00 horas entre semana. «Se atienden entre 3 y 4 urgencias al día en Churriana. La zona está cubierta ya que Alhaurín tiene como preferencia atender a los que proceden del distrito. La apertura del centro esta prevista para el futuro». Esa la respuesta que ofrece la consejería de Salud ante uno de los grandes problemas que vive la zona. La falta de urgencias, junto a la promesa eterna de un polideportivo son los temas más espinosos para sus vecinos.

Churriana es una cantera de deportistas y de este distrito han salido nombres de primera en el deporte como el golfista Miguel Ángel Jiménez, o el gimnasta y campeón de Europa Junior, Cristian Bazán. No son los únicos pero ninguno ha podido entrenar en su distrito. Chocante paradoja para muchos.

Silvia Ruiz lee Las calles de Churriana de Domingo Mérida mientras explica lo necesario que es un polideportivo. Tiene dos hijas de 16 y 17 años y las lleva tres veces a la semana a Alhaurín de la Torre para que practiquen baloncesto. «Se deberían acordar de que existimos. Es penoso que tenga que llevar a mis hijas a otro pueblo», comenta.

Teresa López es otra de las afectadas. En casa son cinco y echa en falta unas instalaciones a las que ir para que sus pequeños puedan hacer deporte. «No sé ni cuántos años llevan diciendo que lo van a hacer», expresa.

Es una sensación generalizada por parte de todos y recuerdan los planos del supuesto polideportivo que se iba a construir en unos terrenos cercanos al aeropuerto. Sin embargo, generaciones completas han tenido que salir de él para hacer algún deporte.

El concejal del distrito 8, Pepe del Río, es consciente de la reclamación que hacen los vecinos de la zona y explica que cuando salió el concurso quedó desierto. La falta de demanda para construir el polideportivo quebró la posibilidad de levantar las instalaciones. Sin embargo, hay unas instalaciones cerca de la Policía Local con pistas de pádel y de tenis y con una piscina que el Ayuntamiento ha solicitado a la empresa encargada de las obras que la cubra y acondicione para su disfrute todo el año. No es la solución que los vecinos esperan pero Del Río es contundente: «No voy a prometer que se construirá cuando se que en este momento no va a ser».

Las conexiones del transporte público es otro de los quebraderos de cabeza para muchos. La amplitud del lugar hace que cruzar de un punto a otro se convierta en una auténtica odisea. Aun así, los propios vecinos miran hacia atrás y ven que algo se ha logrado. El 9 y el 10 son los dos autobuses que unen a Churriana con la ciudad y en los últimos años se ha conseguido que llegue también el 5 (pasa por barrios más alejados como Guadalmar). Sin embargo, la frecuencia durante los fines de semana es insuficiente y algunas zonas no están contempladas en el itinerario. Así lo explica la presidenta de la Asociación de Vecinos de Churriana, Inmaculada Viñolo. Un circular que pase por todas las zonas colindantes al centro del distrito, para que los usuarios sin vehículo propio no estén excluidos es una posible solución.

Otro de los asuntos sin resolver es la tarifa de los taxis. Montar en este transporte les sale más caro a los vecinos de Churriana que al resto. La tarifa se eleva en cuanto cruzan la frontera que marca el propio aeropuerto. «No tiene sentido. Estamos dentro, al igual que no es comprensible que a una persona de otra zona le cueste menos tiempo llegar al aeropuerto que a nosotros. Las conexiones tienen que mejorar», explica la presidenta.

Las malas conexiones y falta de mejoras en las infraestructuras es uno de los problemas que sufren los barrios del distrito. La presidenta de la asociación Entre todos Cortijo de Maza, Ana María Naumann, detalla que es uno de los asuntos por resolver aún en Cortijo de Maza.

El castigado pequeño comercio

Los vecinos de Churriana ven en Alhaurín de la Torre el referente que no logran alcanzar. Un sueño roto que les hace recordar que ellos también fueron un lugar donde sin necesidad de salir podían hacer de todo. El término «ciudad dormitorio» es acuñado por muchos para expresar en qué se ha convertido.

Los que más notan esto son los propios comerciantes. Gertrudis Navarro es la propietaria de la única joyería que hay en la zona «Gertrudis». Hace 24 años que la montó y ahí sigue. A sus 70 años ha visto cómo ha evolucionado el distrito y sabe de sobra que con las grandes zonas comerciales que imperan alrededor no pueden competir. El pequeño comercio se ve doblemente castigado y a la crisis hay que sumarle la sombra inmensa que proyectan ante ellos las franquicias y parques comerciales. Una fuente de ingresos y de empleos que también provoca daños irreversibles para muchos.

Maribel Navarrete trabaja en la céntrica farmacia de Churriana y asegura que los coches no pueden parar a comprar porque les multan. Entienden que Plaza Mayor y derivados juegan en una liga inalcanzable pero les gustaría ver medidas que apoyen al pequeño comercio.

El mercado es otro punto espinoso entre sus habitantes. Solo cinco comerciantes subsisten a duras penas y ellos y los propios ciudadanos piden una remodelación integral o uno nuevo, de cuyo proyecto existían planos en 2009. La gran explanada de aparcamientos que tiene el casco histórico es donde se debía levantar el nuevo mercado. El concejal Del Río aclara que la Junta de Andalucía es la que denegó en 2010 la subvención para construirlo. Carmen Jiménez es una de las que a duras penas aguanta. Desde hace seis años tiene su puesto de congelados y ultramarinos y asegura que aunque no hay dinero para gastar, tampoco se hace nada para ayudar a potenciar el consumo. «No tenemos un mercado potente. Se han arreglado los puestos vacíos y así seguimos», explica.

«Es un mercado obsoleto y pasado de moda. Cuando un mercado tiene puestos cerrados es que no funciona», argumenta Salvador Santiago, uno de los veteranos con 34 años a sus espaldas en su puesto de carnicería.

Otro de los aspectos demandados es aumentar las actividades para los pequeños y mayores. Ambos colectivos se quedan descolgados ante la falta de actividades para hacer sin necesidad de desplazarse.

La limpieza es otro punto señalado aunque en menor medida si se compara con todo lo desglosado. Sin embargo, para la zona de los polígonos se ha convertido en un elemento crucial. El presidente de la asociación de polígonos de Málaga, Sergio Cuberos, asegura que en estos momentos las relaciones con el Consistorio están rotas ante el incumplimiento del acuerdo de hacerse cargo del saneamiento de la zona. Los propios administradores de cada parque gestionan sus zonas ante la falta de atención por parte de la institución.

La solución -utópica a ojos de la administración- a todos estos problemas pasa para muchos por volver a los orígenes. Reconvertirse de nuevo en el pueblo que aún abanderan de espíritu y gestionar ellos mismos los recursos que engloban. No solo comprenden auténticas fuentes de ingresos como el aeropuerto también tienen joyas «verdes» como los jardines de La Cónsula, la hacienda privada de El Retiro, con esculturas de 1700 o la casa de Gerald Brenan, como bien explica uno de los grandes embajadores del distrito, Cristóbal Salazar.

Un distrito lleno de recursos con un pasado milenario

Su censo solo contempla 19.000 habitantes que están repartidos por la treintena de barrios que alberga. Parte de la economía malagueña tiene como escenario el distrito número 8 como es la antesala a la ansiada Costa del Sol; el aeropuerto de Málaga, los parques industriales, el Campamento Benítez y el área comercial que se ha levantado en torno al nucleo urbano principal, Churriana, un lugar con solera que abandonó su independencia hace un siglo aunque todavía se conserva ese sentir entre sus vecinos.