«Sí, hay tristeza», dice José Cisneros, que regenta el bar del mercado municipal de Portada Alta. En su opinión, «todos los mercados municipales están mal, pero éste más que ninguno», precisamente debido a la crisis económica. «La gente no gasta dinero, éste es un barrio pobre, hay mucho paro, muchos trabajaban en la construcción y verás a mucha gente dando vueltas», apunta. Entre los puestos abiertos hay una pescadería, tres ultramarinos, una carnicería, una droguería y una frutería además del bar. Y eso que el número de puestos se redujo de 37 a 23 precisamente porque algunos estaban desocupados y se quería dar más espacio para usos vecinales, sociales y comunitarios. Sólo cuando mejore algo la economía real y el dinero vuelva a circular, aunque sea de forma modesta, los mercados municipales de Málaga tendrán alguna oportunidad.