El doctor Sánchez Luque no ve brotes verdes, al menos en los presupuestos sanitarios, que es lo que más le interesa para mejorar la atención con más recursos y profesionales. El presidente del Colegio de Médicos admite que en consultas ven todo tipo de problemas y que muchos tienen un trasfondo económico-social por la crisis.

Tras nueve años en el cargo, ¿qué balance hace de su gestión?

Mi trabajo es responder a la responsabilidad que supone representar a 7.000 médicos de la provincia, tengo un gran equipo de profesionales en las áreas colegiales, en la junta, en las áreas comarcales y el personal. Estamos ahí para aportar cosas, no estar por ocupar un sillón y siempre intentamos tener un buen ritmo de actividades. Hemos transformado la sede colegial, hemos ampliado en más de 2.500 metros las instalaciones, creado las sede del Guadalhorce y de Benalmádena porque intentamos no sólo que vengan, sino desplazarnos a los centros de trabajo. Estamos yendo a centros de salud, a los servicios hospitalarios y a clínicas privadas para los aspectos del día a día que puedan necesitar. El Colegio ha intentado ser riguroso y siempre que ha habido que alzar la voz lo hemos hecho.

¿A qué retos se enfrenta?

Son múltiples, hemos pasado una etapa complicada por la crisis y ha afectado al funcionamiento del colegio y a la vida de los colegiados en el ámbito personal y profesional. El Colegio ha hecho un esfuerzo por no subir las cuotas e incluso las ha bajado en algunos casos. Confiamos en que la situación vaya aclarándose, muchos compañeros han tenido que irse fuera, inclusive del país, por condiciones indignas. Málaga necesita un plus para la Atención Primaria y hospitalaria. Este colegio siempre se ha posicionado para que haya un Tercer Hospital que no se rija por el calendario político, ese Tercer Hospital es un reclamo que nace de los ciudadanos más allá de los profesionales, como la necesidad de la apertura del chare del Guadalhorce o del Hospital de Ronda.

Usted es médico de familia en un centro de salud y esta semana han exigido una segunda reforma de la Atención Primaria. ¿Cuáles son las principales carencias a las que se enfrenta?

Hay varias. Una de ellas es la presión asistencial y el ritmo del médico de familia. Nos sentamos en la consulta prácticamente a renglón seguido, no hay un segundo de respiro, nuestros cuerpos a veces necesitan horas para recuperar el estado de neutralidad de emociones y frecuencia cardiaca. El ritmo es incesante, a veces ni nos vemos por los pasillos, eso no es positivo. Se trata de una profesión que requiere de concentración máxima y el cansancio puede influir en nuestra práctica diaria. La consulta a demanda cada cinco minutos absorbe la jornada y no deja prácticamente espacio, a veces los propios avisos a domicilio los hacemos a salto de mata. Todo eso influye y aparte hay una burocratización excesiva. Todo no es malo, se ha mejorado en infaestructural con unas instalaciones magníficas, tenemos una historia digital buena, aunque aún necesita mejoras... Muchas veces no es dinero, sino confiar en que la gente quiera hacer las cosas bien, dejar a los profesionales autogestionarnos ciertos aspectos porque somos los que mejor conocemos la realidad. Hay un excesivo número de objetivos que merma el trabajo diario y lo dificulta.

Los centros de salud son la primera puerta de entrada a la sanidad. ¿Están olvidados?

Creo que la Administración se ha preocupado excesivamente por las paredes pero no por las personas. Hubo un boom de dar respuesta a los barrios y pueblos, un desembolso enormemente importante y positivo pero se han olvidado del componente humano, nosotros no podemos mirar a otro lado, cuando tenemos a un paciente enfrente tenemos que prestarle atención. Los hospitales se han visto mermados en las dos vertientes, creo que se ha hecho una injusticia con un hospital buque insignia de la sanidad española que es Carlos Haya. Se han preocupado por cambiar los nombres, un aspecto nimio, pero no de que los pabellones A y B estaban muy distantes y como era un problema, hablaron de crear el macrohospital o el tercero situarlo en el Civil. Todo ese vaivén de hacer una cosa y otra ha sido un enlentecimiento de la apuesta económica de ese hospital, porque cuando te vas a ir de tu casa no inviertes. Eso ha ocurrido en Carlos Haya y es un daño que va a costar trabajo reparar. Con la fusión ha habido servicios hospitalarios que se han fundido y que no tenía sentido, alguna puede ser interesante, pero hacerlo a mansalva no. Menos mal que se han vuelto a frenar. Veremos.

Son tiempos convulsos para la sanidad. ¿Hay menos recortes?

Tenemos tantas ganas de brotes verdes que con unos mejores indicadores creemos que lo malo va a acabar. Pero creo que son más indicadores económicos que los presupuestos en sí, deberían ser finalistas para la atención sanitaria. Nosotros en las consultas de los centros de salud vivimos situaciones límites de personas que nos consultan por problemas físicos que realmente tienen trasfondo económico-social, cuando ves eso, ves que no se ha salido. En lo que se refiere no solo a contrataciones sino a apuestas por investigaciones o proyectos, este freno de inversiones va a suponer mucho, como que no se abra un chare por un tema eléctrico. Esa no puede ser la excusa para no abrir un hospital, el problema es dotarlo de mobiliario y de recursos humanos, porque da pánico que se abriera a medio gas.

Están poniendo a disposición de los colegiados un servicio para ayudarles ante problemas económicos. ¿Hay paro en el sector?

Es una realidad palpable cuando se han marchado. El hecho de que hayan venido diferentes empresas para intentar captar a médicos para Suecia o Inglaterra es un buen indicador. Hay paro pero sobre todo mucho trabajo precario y mucha incertidumbre, hoy estás al 75% y no sabes si estarás mañana. Eso hace mucho daño hasta para la propia práctica profesional del médico. Esto se vivió allá por los 90 y ahora se ha vuelto a vivir, nos preocupa que la población médica está envejecida en Málaga y Andalucía. Nos preguntamos qué va a ocurrir cuando haya estabilidad y no haya una tasa de reposición con tantos en el extranjero. El trabajo del médico está hoy desfavorecido económica y profesionalmente, necesita estabilidad, nuestra capacitación se crea en el día a día. Encontramos a muchos que son auténticos profesionales de la sustitución.

¿Están siendo los hospitales privados la mejor vía de escape?

Es una vida de escape, la sanidad privada en Málaga ha dado un impulso a la sanidad global con la creación de nuevos centros o la mejora de otros. Además todos los pacientes que van ayudan a no saturar la pública. Hay que reconocerlo más allá de que sea un trabajo desde la iniciativa privada.

¿Hay muchas diferencias entre las condiciones laborales de la pública y la privada?

Dentro de la sanidad privada están los profesionales que pasan su consulta y en un porcentaje elevado vienen a través de compañías. Si los pacientes supieran lo que cobran por ser atendidos... hablamos de salarios ínfimos sin experimentar mejoras. Sobrevivir en ese ambiente o plantearse abrir una consulta privada es una odisea por la cantidad económica y la dificultad para cubrir gastos. En eso el Colegio no puede intervenir, no tenemos potestad, se nos impide. Hay situación de precariedad en el mercado laboral, se ha roto la barrera de los precios dignos.

¿Y la dedicación exclusiva? ¿Han aumentado los fraudes?

El médico que trabaja en el sector público puede trabajar con dedicación exclusiva o renunciar a ello. La renuncia de ese complemento de unos 810 euros al mes no supone una disminución de su trabajo, tiene el mismo horario que otro profesional. Eso se ha ido trasformando en otras comunidades, no tiene sentido penalizar que un médico fuera de su jornada quiera tener una actividad privada como aprender y hacer técnicas que no se hacen en la pública. Nosotros informamos de que para ejercer en ambas hay que pedir la compatibilidad, hay que cumplir la Ley. Pero tampoco puede haber una persecución, hay profesionales que no están ni al 100%, no le exijas la dedicación exclusiva al que está al 75% porque ni siquiera le pagas así. Más allá de que haya casos por desconocimiento o porque no lo han solicitado, hay que subsanarlo y así lo manifestamos a los colegiados.

Muchos profesionales han denunciado que trabajan bajo presión. ¿Han crecido los casos de negligencias médicas a consecuencia de los recortes?

Hace unos meses falleció el exalcalde y doctor Pedro Aparicio. Me dijo una vez: «Un médico necesita tiempo para reflexionar y llegar al mejor diagnóstico y tratamiento». No podemos estar resolviendo problemas de salud, a veces un síntoma puede ser complicado, manejamos mucha incertidumbre y a veces se confunden los errores médicos con la incertidumbre de un acto médico. Necesitamos hacerlo de forma relajada, si no, vienen los errores. Hay un número de demandas que están ahí y aumentan. No tenemos indicadores objetivos para achacarlo a esa presión, pero sí puede ser un riesgo. La falta de descanso puede llevar al error porque somos personas. Ningún médico quiere equivocarse pero la medicina es enormemente complicada.

Carlos Haya

La gestión de Carlos Haya y el Clínico cambió hace unos meses. ¿Cómo la ve?

Asumir un puesto de gestión en estos tiempos no es fácil, cuando sobra el dinero sí es fácil cortar la cinta. José Luis Doña intenta hacerlo bien, igual que creo que la consejera ha cambiado los modos, pero creo que llega un momento en que las buenas palabras se agotan. Doña es un magnífico profesional, está intentando hacerlo bien, pero dirigir dos hospitales y cuatro si me apuras, es hacerse es mezcolanza de hospitales. Creo que será un camino de ida y vuelta y que el Clínico volverá a tener un equipo directivo y Carlos Haya también, es difícil para una persona estar en todos los sitios a la vez. Esta intentando acercarse a los profesionales con nuevas ideas, la política global viene marcada de la consejería. Esperamos que quienes vengan escuchen para solucionar, no que escuchen para oír. Tienen que venir, sentarse y escuchar a todos los profesionales de todos los colectivos.

¿Qué opina de las obras que están haciendo para mejorar los tiempos de espera?

Ha sido un proyecto que ha tenido un parto laborioso. Cuando te vas de casa es difícil que arregles la cocina porque piensas en irte, y a veces pues haces pequeños parches. La acometida de Carlos Haya, como la del Civil o el Materno están por llegar. Son hospitales de gran historia que se han ido deteriorando, han sido obras parciales para salir del paso, debía haberse creado una ciudad sanitaria en Málaga. Creo que por terrenos y demás se han perdido oportunidades y ese concepto de ciudad sanitaria sería enormemente dificultoso y habría que llevárselo fuera de la zona construida y hay que tenerlo en cuenta para la accesibilidad. Es el problema de fondo de la sanidad malagueña, la carencia de camas, es como un paciente con muchas enfermedades con un estado crítico al que afecta un simple resfriado.