El ministro de Defensa, Pedro Morenés, ha confirmado este martes en el Congreso que el cabo malagueño Francisco Javier Soria Toledo destinado a la base de Cerro Muriano (Córdoba) falleció el pasado 28 de enero en Líbano a causa de "varios errores" cometidos por el Ejército de Israel, entre ellos asumir un "riesgo excesivo al considerar como distancia de seguridad menos de 500 metros con respecto al objetivo".

Así se desprende, según ha expuesto el ministro, de las investigaciones que se iniciaron tras la muerte del cabo Soria y de las que también se desprende que al menos nueve de los 118 proyectiles que lanzó Israel ese día se desviaron porque sus artilleros "no disponían de ningún método o modo de observación de los impactos y, por lo tanto, carecían de la posibilidad de efectuar corrección del tiro".

Otro de los errores del Ejército israelí fue no tener en cuenta en la planificación del tiro "el alzado de las instalaciones" de la Fuerza Interina de Naciones Unidas para Líbano (FINUL). El cabo Soria se encontraba en una torre de observación de 10 metros de altura.

Los artilleros israelíes tampoco disponían de "boletín meteorológico", por lo que no pudieron "tener en cuenta con exactitud los márgenes de error producidos por el viento, que soplaba en esos momentos entre 30 y 45 kilómetros por hora". "Esa fuerza puede provocar variaciones en el tiro de más de 300 metros", ha añadido Morenés.

El ministro ha destacado que "no había ningún tipo de intencionalidad" del Ejército de Israel contra la misión de la ONU, ya que sus acciones ese día se debían a una "respuesta" a un ataque previo de Hezbolá.

"Ahora bien, Israel reconoce su responsabilidad por el impacto, así como describe punto por punto los factores de error que han llevado al fatal desenlace", ha afirmado.