«¿Quiere tener que responsabilizarse de alguna muerte el Ayuntamiento, como pasó en la cabalgata?». Así clama María José Asensio, vecina y comerciante de la calle Carretería, que no puede ocultar su malestar. «Llevo viendo los mismos accidentes por culpa de la cera cada año, pero no pensaba que me iba a pasar a mí». Esta vecina relata que el año pasado, como todos los días, se dirigía en moto de vuelta a su hogar. Aún a baja velocidad, al atravesar el paso de peatones, su marido perdió el control del vehículo, cayendo al asfalto. Era mayo, un mes después la cera de Semana Santa aún seguía manchando la carretera. Al año siguiente, después de 40 días inmovilizada, 9 meses de rehabilitación y sin poder andar ya correctamente, María José Asensio sigue en la lucha por la limpieza de la carretera que cruza Carretería, donde en palabras de los vecinos han visto «tres o cuatro caídas desde que terminó la Semana Santa».

La solución, por ahora, es un tímido cartel que reza «Atención. Circule con precaución. Calzada deslizante. Cera.» Y ello después de que Asensio tuviera que ir al encuentro del alcalde y exigirle alguna solución. Aunque los vecinos creen que no es suficiente y coincidien en decir: «no queremos carteles, queremos que no haya cera». Quieren que corten la calle para limpiarla como es debido, pero protestan porque no les hacen caso. Sienten que no los escuchan y «que hacen oídos sordos». «Cuando es la semana del Rocío cortan la calle, cuando van a hacer la ofrenda a la Virgen cortan la calle», se lamenta la comerciante. Mientras tanto aseguran que los accidentes se suceden. La moto que se desliza y el conductor en el suelo.

El último accidente fue el sábado pasado, la caída se saldó con un hueso roto y la ambulancia recogiendo al accidentado, un varón de 61 años.

Cuenta Hector Morales, un quiosquero de la zona que no deja de haber caídas. «Son estas semanas, por la cera». «No veo mucho desde el kiosko, solo lo que se forma después». Por otra parte, Luis Zapata, vecino y hostelero, coincide con los demás testimonios. «Cada año es lo mismo, no hacen nada y no para de haber accidentes». Apunta además, que le consta que en Sevilla se dispone de maquinas que reblandecen la cera con calor, y que no sabe si son factibles o no, pero «que aquí no se ve que prueben con nada».

Una solución por llegar

Ante esta queja vecinal, el concejal de Medio Ambiente, Raúl Jiménez, explica que no es posible limpiar la cera con los medios convencionales, ya que aunque con agua y espátula se quitan de la acera, el sistema es inútil en el asfalto. Para limpiarlo, por ahora la única forma es el paso de los coches y de los días. Sin embargo, en el Consistorio no están de brazos cruzados, ya que esperan un nuevo tipo de vela patentada por Repsol, de carácter hidrosoluble, que provoca que se disuelva con el contacto del agua. Este método está dando buenos resultados en hormigón, así que el Ayuntamiento colabora con la petrolera para hacer un compuesto parecido, pero eficaz sobre el asfalto.

No es el tema de la cera la única preocupación de los vecinos de Carretería. Luis Zapata, uno de los vecinos, protesta por otra zona de caídas, esta vez colindante a la calle principal: Marqués de Valdecañas. El problema radica en el fatal estado de la acera, de por sí bastante estrecha. Cuenta Zapata que no deja de mandar escritos al Ayuntamiento para que la reparen, pero como respuesta solo le dicen que estudiarán la situación. El motivo del mal estado de la acera es el paso del camión de la basura, que al no caber por la carretera invade la zona peatonal, agrietándola con su peso y su paso continuado. El vecino extiende su queja a que no es una zona «olvidada» ya que si se avanza por la calle, hasta la puerta del conservatorio María Cristina, se puede observar que la zona está perfectamente rehabilitada.