Más de 250.000 euros por un adosado. Los ahorros de media vida para pagar en 30 años la hipoteca por la casa de los sueños. Esa es la situación de la mayoría de los propietarios de la promoción de viviendas El Nogal, en Churriana, pero no de todos. Hay alrededor de una decena de familias que disfrutan de las mismas ventajas que el resto sin haber firmado una hipoteca y sin ni siquiera ser propietarios o inquilinos de las casas en las que viven.

Una situación privilegiada que comenzó hacia mayo del año pasado cuando, cuentan en el barrio, entraron en las viviendas vacías sin permiso y comenzaron a disfrutarlas. No está muy claro cuántas familias tomaron posesión ilegal de las casas entonces pero en la actualidad hay unas diez y también disfrutan del agua y la luz de forma gratuita.

Las viviendas ocupadas de forma ilegal se encuentran en las calles La Carolina y Ramón Urbano Carrere de Churriana y como confirman fuentes del Banco Popular, en su día fueron embargadas al promotor por este banco. La crisis pasó factura a la obra, cuyas viviendas fueron entregadas en 2008, cuentan en esta urbanización en la que nadie quiere dar su nombre por miedo a las represalias de las familias que han ocupado las casas.

La convivencia, señalan, no existe porque los nuevos vecinos la ignoran. Manda la ley del más fuerte, sin respeto por el prójimo. «No tiran las basuras al contenedor, son muy maleducados y como no trabajan hay guitarras, taconeo y bailes todas las noches, no importa que el resto tengamos que levantarnos temprano para trabajar». «Tienen criaderos de gallos y se dedican a venderlos; en el parque infantil que tenemos al lado sacan a los animales».

La situación, señalan, no sólo afecta a la promoción sino a toda la zona, donde hay antiguas casas matas ocupadas por churrianeros de edad avanzada que también se sienten perjudicados, además de comercios. Estas son algunas de las quejas de vecinos, que no entienden cómo se puede prorrogar una situación de ilegalidad que les está haciendo muy difícil la vida diaria mientras por la noche tienen que aguantar parrandas ajenas.

La policía, cuentan, ya desmanteló una vez la cría de gallos pero el negocio ha vuelto. «El Ayuntamiento tienen que procurar que esto no se les vaya de las manos», subrayan.

Banco Popular. Fuentes del Banco Popular admitieron ayer la ocupación ilegal de sus viviendas, algo que además, subrayaron, les perjudica porque han recibido ofertas de compra por los chalés ocupados «y no las podemos vender». «Estamos haciendo gestiones tanto el departamento de servicios jurídicos, en colaboración con el juzgado como con la policía; las demandas de ocupación ilegal ya se han puesto», informaron.

Ayuntamiento. Por su parte el concejal de Seguridad, Julio Andrade, explicó ayer a La Opinión que pedirá información a la Policía Nacional para reforzar la vigilancia. «Podemos sancionar si se incumple la normativa pero no podemos entrar en las viviendas salvo orden judicial aunque sean ilegales. En todo caso si alteran la convivencia vamos a intervenir», precisó.