«Nadie ama todos los días, a todas horas. Las madres tampoco», dijo Adrienne Rich. Y si no que se lo pregunten a Laura Baena, una malagueña madre de dos niñas que cuenta con miles de seguidoras gracias a sus guiños constantes a la maternidad real, sin tapujos, lazos y olor 24 horas a colonia de bebé. Esta creativa publicitaria, que creó como vía de escape en la baja maternal el blog de La niña sin nombre, descubrió por sí misma que la maternidad no es tan bonita como la pintan, o al menos no tan fácil. «Las anécdotas diarias de llegar tarde a la guardería, llegar a casa y darte cuenta de que no tienes leche, de no tener tiempo ni para llevar a tu hija al médico me hicieron sentirme mala madre». Baena no pudo evitar contar su día a día en una bitácora y, cuando se dio cuenta de que su manera de vivir la maternidad era un reflejo de la sociedad y de que no sólo no estaba sola, sino que había puesto nombre a un sentimiento global, creó el club de Malasmadres. Un año y medio después, el viernes presentó un libro que cuenta cómo se sienten estas mujeres y que las libera, en cierto modo, de lo que pueden llegar a sentir si no hacen las cosas como creen que debe ser. Además del libro, editado por Lunwerg -de Planeta- la jefa del club ha creado una tienda online que vende productos que reclaman que las mujeres no son «superwoman». Tazas, baberos, bodys o camisetas han hecho de esta marca un modo de vida con el que sentirse identificada y dejar de lado el sentimiento de culpabilidad.

Rodeada de los suyos -Laura Baena y su familia ahora viven en Madrid- no quiso dejar de presentar en sociedad al club en su ciudad natal, o tierrasanta, como ella la llama en las redes sociales. Lo hizo en la bonita librería Mapas y Compañía, que hizo una presentación por todo lo alto. Allí, emocionada, admitió que este proyecto nació fruto de la necesidad y se enorgulleció de que, poco a poco, se haya convertido en el altavoz de la maternidad real. Una forma de ser madre con prisas, achuchones y la ayuda de toda la familia que se esfuerza por conciliar.

Pero si hay un proyecto del que esta malagueña se siente especialmente orgullosa es del estudio #concilia13f, una iniciativa del club que tiene el fin de demostrar a la sociedad que aún queda mucho por hacer en lo que a conciliación se refiere. En la encuesta han participado 4.399 mujeres que han dejado patente que falta flexibilidad laboral para poder conciliar, que aún hay despidos improcedentes por ser madres y discriminación por el mismo motivo. El primer dato extraído del mismo relata que las mujeres encuestadas que trabajan declaran disponer de 54 minutos de media de tiempo libre. Tiempo que queda al restar al día las horas de trabajo, las horas de cuidado de los hijos y las horas dedicadas a las tareas domésticas. «Queremos concienciar y demostrar a las instituciones que sin conciliar no se puede avanzar. Las mujeres no podemos estar penalizadas por ser madres en el trabajo», concluye la creadora del club.