Sembró el pánico los meses de agosto y septiembre de 2011 con tres crímenes en Marbella y Mijas Costa. Las víctimas fueron dos prostitutas y una masajista. El juicio contra el asesino en serie de la Costa del Sol, A. S., un alemán de origen magrebí, sirvió para que éste rectificara sus declaraciones ante la Guardia Civil y el juez de Instrucción, relatos en los que confesó dos de los tres hechos. Sin embargo, ayer admitió que ha frecuentado muchos clubes y a muchas meretrices, pero insistió categórico: «No he matado a ninguna mujer».

«He estado con muchas prostitutas y visitado muchos clubes, pero no recuerdo si las conocía», insistió. Al acusado se le piden 63 años de cárcel por los tres asesinatos y por sacar, junto a su novia de la época, también procesada, dinero de los cajeros con las tarjetas de sus víctimas.

Éste declaró de forma muy ambigua a las preguntas del fiscal, de forma que llegó a decir que no recuerda si conocía a alguna de las mujeres fallecidas. Ni tampoco se explicó por qué, por ejemplo, en las uñas de la primera de las asesinadas, el 10 de agosto de 2011 en un apartamento de Mijas Costa, había restos biológicos suyos o por qué se encontró una toalla con sangre de la asesinada en el maletero de su coche. Eso sí, le dio una tarjeta a su novia, pero no era de la víctima, sino de un hombre que conoció en Puerto Banús cuando trabajaba como portero de discoteca.

A las tres víctimas las llamó previamente por teléfono para contratar sus servicios, según el fiscal. A ésta la asesinó dándole 18 puñaladas, dice el ministerio público, para luego hacerle un nudo en el cuello con una funda de almohada. Pocos días después, fue a casa de otra, también en Mijas Costa, y la mató a golpes.

Ya el 9 de septiembre, el acusado fue a la vivienda en Marbella de otra mujer ecuatoriana y una vez dentro, la maniató y le asestó al menos 18 golpes con un objeto cortante, provocándole la muerte, tras lo que se apoderó de tarjetas bancarias.

El acusado estaba en España con un pasaporte irlandés falso y admitió haber pasado 18 años en prisión tras matar a otra mujer en Alemania. Cumplió la pena en 2006 y se vino a pasar tranquilamente una temporada en la Costa del Sol. «No he matado a ninguna mujer», dijo en alemán a su traductora. Para insistir luego en otra idea: «Me amenazaron, maltrataron psicológicamente, me pegan», señaló. Eso sí, aclaró que su novia no sabía nada de las tarjetas, lo que corroboró ella -se juega tres años de prisión por estafa-.

Lo cierto es que ambos están grabados entrando a algunos bancos para extraer dinero y varias de esas tarjetas, siempre tal y como explica el ministerio público, son de las fenecidas. Ella lo negó.

El fiscal insistió varias veces en el porqué de su cambio de versión sobre los hechos, dado que el encausado, también con carnés de conducir falso y condenado por este hecho el año pasado, se mostró esquivo, sin precisar nada de lo que se le preguntaba y echando balones fuera. Sí indicó que él fue a una sucursal a sacar dinero en un banco alemán porque ahí tenía sus cuentas. También admitió que el Rover era su automóvil y que estaba de manera ilegal en el país.

Cuando fueron detenidos, la entonces novia aseguró que éste sentía asco por las prostitutas porque su padre era muy aficionado a usar sus servicios.