Francisco de la Torre, alcalde en funciones del Ayuntamiento de Málaga, atiende a periodistas de distintos medios de comunicación en la entrada de la calle Larios. Es con motivo de la inauguración de una exposición de portadas de La Opinión de Málaga. Mientras explica que está a la espera de reunirse con el candidato de Ciudadanos, Juan Cassá -que acaba de llegar-, y su disposición a gobernar como fuerza más votada; el segundo de Ciudadanos, Gonzalo Sichar, habla con Ysabel Torralbo, candidata de Málaga Ahora, sobre política social. A apenas unos metros del alcalde. Ciudadanos y Málaga Ahora abren de esa forma una vía informal de comunicación y de debate sobre sus posturas, en principio muy alejadas en política social. Unos metros más allá, la edil del PSOE Begoña Medina y el portavoz del PP Mario Cortés conversan sobre el Ayuntamiento. A su vez, Eduardo Zorrilla, de IU, saluda a la candidata del PSOE, María Gámez, que se postula como alcaldesa con el apoyo de éste y del resto de partidos en un «frente de izquierdas» que incluiría a Ciudadanos.

Estas escenas coincidieron casi en el tiempo en un espacio de apenas 20 metros cuadrados. Fue el primer encuentro personal de las cinco personas que deben decidir el futuro del gobierno municipal. Las numerosas declaraciones que se han lanzado a los medios de comunicación durante estos días fueron sustituidas por saludos e, incluso, abrazos que lanzan un mensaje no verbal de la sintonía -o su falta de ella- entre los candidatos. El juego de las apariencias, de los matices y de «pelar la pava» políticamente se desplegó en todo su esplendor en la calle Larios.

De la Torre, con poco tiempo, aprovecha para hablar con Zorrilla y Cassá. Éste último saluda efusivamente a María Gámez, pero asegura que están abiertos a pactar con todos si se firma el decálogo de sus condiciones. Gámez, muy sonriente, insiste en que los malagueños quieren un cambio, como corresponde a los 15 votos que conseguiría en una posible investidura (PSOE, IU y Málaga Ahora), pero a falta de uno de la mayoría absoluta. Los tres concejales de Ciudadanos, igual que para el PP (con tres concejales) son claves. Los tres están en la calle Larios y son una de las estrellas del encuentro. Todos hablan con ellos. Mario Cortés, en cambio, se mantiene en un segundo plano a la espera de lo que diga el partido sobre las condiciones de Ciudadanos. Ysabel Torralbo también es «cortejada» por Zorrilla y Gámez, acompañada por la mayoría de sus concejales, con quienes encuentra más puntos en común.

El juego está en marcha, aunque ya se perfilan sintonías y desconexiones.

La transparencia manda - Las negociaciones por streaming y en directo, una posibilidad muy valorada.

Málaga Ahora puede ufanarse de marcar ahora mismo el paso de las negociaciones. Al menos en cuanto al modelo, ya que todos los partidos vieron con buenos ojos la posibilidad de que se retransmitan en directo y por streaming los encuentros que se mantengan para negociar posibles pactos. La llamada a la transparencia ha sido suficiente para cuadrar a todos. Nadie se ha atrevido a poner un «pero» a esta posibilidad, lo que ya puede considerarse un éxito para la nueva formación. Ahora queda concretar las reuniones, algo que todavía no se ha hecho, aunque De la Torre ha propuesto reunirse con Juan Cassá (Ciudadanos) el viernes.

Ciudadanos y Málaga Ahora - Un debate de dos modelos de política social que no terminan de converger

Las dos grandes estrellas del Ayuntamiento de Málaga, Ciudadanos (C’s) y Málaga Ahora, están siendo cortejadas por todos para asegurar una mayoría. Sin embargo, no terminan de encontrar puntos en común en política social, clave para Málaga Ahora. Hay sintonía en la necesidad de regenerar la vida política y apostar por la transparencia, no tanto en el modelo de política social. Una conversación entre Gonzalo Sichar (C’s) e Ysabel Torralbo (Málaga Ahora) ayer en la calle Larios puso de manifiesto el apoyo del primero a las entidades privadas como principales actores en la ayuda social, mientras la segunda defendía un papel activo de la administración pública.

Negociaciones condicionadas - La moda de los decálogos políticosse impone en la política municipal

Si Umbral levantara la cabeza se estaría riendo. Le martirizaron con su frase de «he venido a hablar de mi libro» y ahora los políticos municipales están enrocados en un «he venido a hablar de mi decálogo». Juan Cassá (Ciudadanos) no se sale del guión y no quiere decir nada hasta que no se firme su decálogo de transparencia y regeneración democrática. Ysabel Torralbo (Málaga Ahora) defiende sus «cinco llaves verdes» como claves para cualquier acuerdo, aunque avisa de que no entrará en un gobierno, sino que negociará cada política. PSOE y PP están como locos leyendo documentos y viendo cómo aceptarlos. Las condiciones, esta vez, las ponen otros.