El MUPAM también acaba de incorporar las salas historiactivas, dos rincones del museo con sendas sorpresas que se complementan: por un lado 15 Plastihistorias de Málaga, prodigiosas escenas de plastilina que fueron encargadas por el Ayuntamiento al colectivo Plastiart, que el año pasado las expuso en el Archivo Municipal, igual que una anterior Plastihistoria de la Humanidad. Por otro, cada escena de plastilina de la Historia de Málaga está acompañada por un videojuego alusivo, realizado por la empresa malagueña Nixure y varios colaboradores. Por el momento, de los 15 previstos ya hay hay ocho instalados, informa Elías de Mateo.

El objetivo, lograr que los niños se diviertan y a la vez aprendan su historia, aunque como pudo verse en la Noche en Blanco, también engancha a jugadores más talluditos. Así, la divertida escena en plastilina de la visita del rey Felipe IV a Málaga está acompañada por un juego en el que el monarca, recién llegado a la ciudad, debe sortear los baches mientras la recorre en un lujoso carruaje. También hay juegos para completar la torre inconclusa de la Catedral o conseguir que el general Torrijos escape a caballo de las garras de los soldados del gobernador de Málaga. Otros videojuegos históricos tienen como protagonista el primer día de funcionamiento de La Farola, la recién inaugurada estación de ferrocarril o retan a completar parejas con cuadros de estilo picassiano de todas las épocas del pintor. Juegos sencillos, sí, pero «técnicamente son muy complicados, más luego el diseño y hay implicados un matemático y el músico que hace los efectos sonoros y la música», detalla Miguel Leiva, de Nixure.