­Antes de entrar a valorar en detalle el acuerdo entre PP y Ciudadanos para garantizar la investidura de Francisco de la Torre como alcalde de Málaga, hubo una declaración de intenciones por parte del líder de la formación naranja en la capital, Juan Cassá. «Votaremos sí a la investidura de Don Francisco de la Torre. Él ha ganado las elecciones y tiene legitimidad de ser alcalde en una ciudad como Málaga», dijo Cassá mirando, de reojo, al veterano alcalde con ligera mueca de admiración. Si la adulación, entre otras formas, encuentra su vía de expresión a través de la mímica que, además, procede del subconsciente y revela los verdaderos sentimientos, la investidura de Francisco de la Torre nunca estuvo realmente en peligro durante la última semana de misteriosas negociaciones.

Ante la gran expectación del momento que genera una de las principales alcaldías a nivel nacional, con la sala de prensa abarrotada y rodeado de sus respectivos equipos, Francisco de la Torre y Ciudadanos escenificaron ayer, mediante la firma de un documento de tres páginas, la puesta de largo de lo que será el futuro gobierno en minoría del PP en la Casona del Parque. Con un acuerdo de 37 puntos estructurados en 10 bloques, ambas formaciones manifestaron su dimensión cercana necesaria para conseguir la estabilidad municipal durante los próximos cuatro años.

Como ya hiciera en anteriores ocasiones, De la Torre volvió a apelar a la idoneidad de haber conseguido que los de Albert Rivera entraran a formar parte del gobierno, aunque luego mostrara «un profundo respeto por la decisión adoptada por Ciudadanos de no entrar en el gobierno». En este sentido, aludió a la facilidad que supuso haber llegado a un acuerdo con la formación naranja, en lo que insistió, sería el simple avance en unas medidas de regeneración democrática, reactivación económica y contención de gastos que ya habrían sido impulsadas, con anterioridad, por el saliente equipo de gobierno.

Legitimidad de gobernar

Juan Cassá, que calificó el acuerdo de «excelente para los malagueños», hizo alusión a la condición de De la Torre como cabeza de la lista más votada el pasado 24 de mayo y señaló que su partido aspira a dotar al futuro gobierno de la estabilidad necesaria para impulsar todas «las propuestas buenas, independientemente de quien las haga». Aunque avisara al futuro regidor de que su apoyo no supondría un «cheque en blanco», sin embargo, reforzando aún más la decisión final, Cassá describió a De la Torre como «una persona reconocida a nivel nacional e internacional y, hoy por hoy, no vemos a nadie más capacitado y con más iniciativas y conocimiento de Málaga».

Con el objetivo de la ya mencionada estabilidad, el acuerdo suscrito pone como requisito la exigencia de que De la Torre agote el mandato para garantizar la gobernabilidad en el Ayuntamiento de Málaga. De esta exigencia se extraen dos puntos de elemental importancia. Por un lado, se pone fin a los constantes rumores que ponían en duda la voluntad de De la Torre de agotar su futuro mandado. Por otro, queda de manifiesto que Ciudadanos bloqueará todas las posibilidades de una hipotética moción de censura en un futuro. Cassá defendió la gestión llevada a cabo por los populares en el último mandato, en el que se ha conseguido, a su juicio, convertir a Málaga en una de las «grandes ciudades». Sobre lo que será, a todas luces un proyecto seguidista, Cassá dijo que Ciudadanos representa la «responsabilidad» y el «sentido común» dentro del nuevo engranaje municipal.

Cargos de confianza

Finalmente, la reducción de los cargos de confianza ratificada en el acuerdo será de un 50 por ciento. Lejos de la anhelada eliminación del 90 por ciento, finalmente, quedarán 17 de los 34 puestos de libre designación dentro del futuro organigrama municipal. En lo que a salarios se refiere, De la Torre puso de nuevo de relieve la necesidad de no correr el riesgo de perder efectividad y dejó entrever que las retribuciones de los gerentes de las empresas municipales no sufrirán ajustes, más allá de los que marca la propia ley de racionalización y sostenibilidad de la administración local. «Se tratará de buscar soluciones, pero sin perder ni eficacia ni calidad», dijo. También, antes de que finalice el año, los directores de distrito tendrán que ser sustituidos por funcionarios. El Teatro Cervantes y el Festival de Cine se unificarán bajo una misma gerencia y la Oficina de Atención al Ciudadano (OMAC) abrirá en horario de tarde, al menos, un día a la semana.

Bajada de Impuestos

Ambos dirigentes destacaron el alto grado de coincidencia de ambas formaciones en materia fiscal. Así, el acuerdo contempla bonificaciones del impuesto sobre plusvalías. También, rebajas sustanciales en el IBI y en las tasas de apertura de establecimientos.