Hasta ahora, a las tasas universitarias los estudiantes tenían que sumarle también los gastos derivados de pagar las cuotas del examen resultantes de presentarse a las pruebas idiomáticas destinadas a demostrar un mínimo nivel de competencias en una lengua extranjera. Con la irrupción del Plan Bolonia en las universidades, una de las novedades que trajo consigo, fue la obligación de demostrar un nivel B1 en alguna lengua extranjera como requisito para poder solicitar el título universitario, una vez que se hayan aprobado todos los créditos de la carrera. La acreditación de un nivel B1 en una lengua extranjera también es un requisito para cursar un máster.

La Junta de Andalucía aprobó ayer una dotación inicial de tres millones para unas 8.500 becas que permitan sufragar a los estudiantes los gastos derivados de la acreditación de las competencias idiomáticas. Con una validez inmediata para este curso, Andalucía se convierte en la primera comunidad en aprobar una medida de estas características.

Fue una de las primeras medidas aprobadas por el nuevo Consejo de Gobierno. Con carácter extraordinario, el recién nombrado gabinete de Susana Díaz, intenta de esta manera poner freno a los numerosos casos de estudiantes que no han podido formalizar la solicitud de su título universitario por falta de recursos a la hora de pagar las tasas de los exámenes para acreditar el nivel B1 que rondan los 300 euros.

Según explicó el portavoz del Gobierno andaluz, Miguel Ángel Vázquez ayer, las becas están dirigidas a «facilitar la igualdad de acceso del alumnado con dificultades económicas».

La Junta de Andalucía estima que, de los 17.000 alumnos que se presentan todos los años a este tipo de pruebas, la mitad podrá beneficiarse de una ayuda económica.

Los principales requisitos para poder optar a una de estas becas residen en estar cursando estudios universitarios de Grado y ser beneficiario del Plan General de Becas del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, al que actualmente se acogen unos 60.000 estudiantes de enseñanzas superiores con bajos recursos económicos.

En todo caso, para este presente curso los alumnos tendrán que anticipar los gastos de propio bolsillo, ya que en esta primera edición, las becas se concederán de forma retroactiva. Los aspirantes a este tipo de ayudas deberán acreditar, además de los requisitos citados previamente, la superación de las pruebas y la realización de los correspondientes cursos. Las universidades actuarán como entidades colaboradoras para salvaguardar que las solicitudes aceptadas cumplan con estas condiciones.

El sector de estudiantes universitarios valoró la dotación inicial de tres millones de euros, si bien han reclamado que este programa de ayudas se aparte del modelo establecido por el Gobierno central y que, en su lugar, se apliquen únicamente criterios de renta. «Es una reivindicación que hemos tenido durante muchos años, y ahora estamos a la expectativa de hablar para ver los parámetros con los que se aplicará esa medida», explicó el presidente de la Coordinadora de Representantes de Estudiantes, Fabricio Saquilán.