Nano es el último perro víctima de la crueldad del ser humano. Este cachorro entre bodeguero y ratonero de apenas dos meses llegó al refugio de la Protectora de Animales y Plantas el pasado fin de semana con gran parte de su cuerpo lleno de quemaduras, a causa del ácido con el que fue rociado aunque; por suerte, ya ha encontrado un hogar de acogida en el que recuperarse.

Después de dos días de curas y sufrimiento continuo por parte de este cachorro, la Protectora decidió buscarle una casa de acogida. "La Protectora no es lugar para un animal en esas condiciones", lamenta la presidenta del refugio, Carmen Manzano. En cuestión de horas una mujer de mediana edad que había sufrido también quemaduras en sus manos decidió llevárselo consigo, sin pensar en la dureza que tendrá cada día la limpieza y curas de las heridas que tiene en su torso, extremidades y cabeza.

Nano estará en su casa adoptiva el tiempo que necesite para recuperarse por completo. Ahora está lleno de apósitos con antibióticos para que su piel sane lo más pronto posible hasta volver a ser un perro juguetón, como todos los de su edad.