Emilio López Caparrós, consejero delegado de Ia constructora Ielco, es desde ayer el nuevo presidente de la ACP en sustitución de José Prado, que ha dejado el cargo tras 12 años. Ingeniero industrial y consejero delegado de la constructora malagueña Ielco, accede a la presidencia de la patronal ACP con el objetivo de pilotar el camino de salida de la crisis, tras siete años de durísima coyuntura para el sector.

¿Con qué ánimo llega a la presidencia de la ACP?, ¿se vislumbra ya la luz al final del túnel?

El ánimo es máximo aunque el puesto requiere de mucho tiempo, que tendré que sacar del trabajo diario en mi empresa. Yo creo que, efectivamente, estamos saliendo de la crisis pero el sector, a nivel local y andaluz, realmente todavía no lo percibe. Hay buenos números globales en la economía que funcionan bien. Sin embargo, pienso que todavía falta pasar todo este año para que se empiece a notar que hay más trabajo y actividad, que es lo que queremos todos. La promoción privada de viviendas no está aún funcionando y en cuanto a la obra pública (será por el tema de las elecciones) tampoco lo está haciendo. El paro en el sector ya está bajando, sí, pero todavía poco. Se dice que hasta 2022 el empleo no se recuperará del todo.

¿Entonces, qué presagian?

Nuestra previsión es que, para finales de este año, la promoción privada empiece a funcionar un poco. Me refiero en principio a las entidades financieras, que ya están terminando de dar salida a su stock de viviendas terminadas y que ahora comenzarán a terminar aquellas que estaban paralizadas y a medio acabar, o incluso en estructura o en fase todavía de solar. Notamos que ese segmento está comenzando a moverse, y sus resultados empezarán a verse a inicios de 2016. A partir de ahí, la idea es que esa tendencia arrastre luego a los promotores privados, una vez comprueben que hay ya mercado y personas interesadas en comprar las viviendas que construyan. Por eso, el año que viene debería volver a subir la estadística de visados.

¿Prevé entonces una vuelta a la normalidad para 2017?

Ojalá. Eso espero. Si en un par de años no empieza a normalizarse estaríamos ante una crisis tan larga que sería muy complicada de superar.

¿Han caído en estos años muchas empresas del sector?

Sí, han caído bastantes. Ahora mismo, por ejemplo, en la ACP somos unas 300 empresas, un 25% menos de las que había asociadas al inicio de la crisis. Lo bueno es que la cifra ya se ha estabilizado desde el pasado año. Ya no hay más bajas, incluso se están produciendo algunas altas, lo que significa que vuelve a haber expectativas en el sector.

¿Qué le pide la ACP a las administraciones públicas para mejorar?

Por la parte de los contratistas de obra pública, demandamos que la licitación de proyectos sea más justa para la pequeña y mediana. Los actuales pliegos están exigiendo condiciones muy complicadas de cumplir y que cuestan mucho dinero. Nos nos queda más remedio que aceptarlas porque necesitamos esas obras pero reclamamos más igualdad. También pedimos que los pagos de la administración pública se regularicen y que se cumplan las directrices de la Ley de Morosidad. Por último, queremos que aumente la inversión en obra pública. Que disminuyan los gastos improductivos y se transformen en inversión para poder generar empleo. Está demostrado que la obra pública revierte a la Administración en impuestos hasta el 68% de lo que se invierte. Con esa dinámica volvería a moverse la economía.

¿Y en cuanto a la promoción privada?

Queremos la modificación de leyes que están perjudicando a los promotores como el decreto andaluz del litoral. Necesitamos normas más justas que no repercutan tanto en promociones de viviendas que ya estaban pendientes de realizar y que ahora quedan absolutamente paralizadas.