­El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre (PP), cuestionó ayer el papel de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP), que se ha asemejado a «un muro», por lo que prefiere establecer el diálogo «directamente» con la presidenta de la Junta, Susana Díaz.

«Hace mucho tiempo que creo nada en la FAMP», aseveró a Efe De la Torre, quien afirmó que si la Junta tuviera voluntad de descentralizar, quizás aceptaría estar en una mesa de concertación.

Indicó que nunca ha encontrado voluntad de la Junta en esa materia, ni cuando eran presidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán, «ni hasta ahora con (Susana) Díaz».

«Si voy a pegarme contra un muro como todos estos años, no vale la pena; para ese diálogo directamente lo planteo a la presidenta de la Junta», declaró.

Cuestionado si tiene alguna aspiración de optar a un puesto en la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), De la Torre afirmó que no tiene «ningún interés», ya que está dedicado a la ciudad de Málaga.

Su experiencia de algo más de dos años en el Senado para conseguir «más mentalización sobre la descentralización local», le demostró que «las tareas de una ciudad como la de Málaga son muy absorbentes», indicó.

Recordó que años atrás presidió en la FEMP la comisión de Hacienda y la de Accesibilidad, esta última menos exigente en tiempo pero relevante, a su juicio, para crear una «cultura compartida» por los municipios en política de accesibilidad.

De la etapa en la que compatibilizó Senado y Alcaldía de Málaga, confiesa que fue «un sacrificio muy fuerte para un objetivo que era muy difícil que pudiera conseguir» en la Cámara Alta, ya que en 2012 «la atención estaba puesta en sacar de la crisis al país, y no en resolver lo que no se había hecho bien en los años 80». «Mi grupo popular sabe para qué fui y por qué me vine», refirió el alcalde de Málaga, quien añadió que Andalucía, por su tamaño, similar al de Portugal, y la «potente» red de ciudades que tiene, podía haber sido «pionera» en la descentralización. De la Torre insiste en que Europa «tiene muy claro el principio de subsidiaridad».