­El politólogo Sami Naïr afirmó ayer que el Mediterráneo se ha convertido en un cementerio ante la falta de diálogo entre los países europeos y africanos, y lamentó la ausencia de políticas más flexibles ante la inmigración.

Naïr, que participó ayer en la inauguración de un curso sobre migraciones organizado por la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) en Málaga, añadió que «los países del norte sólo otorgan visados a las élites del sur», y añadió que la solución no está en abrir las fronteras, sino en apostar por la flexibilidad, el diálogo, la integración y la ruptura de prejuicios, y luchar «contra quienes conciben la inmigración como un mercado político».

Naïr pidió a los europeos «que se pongan en el lugar de los otros» y criticó que no sean capaces de imponer su voluntad en la resolución de conflictos en el Mediterráneo, frente a Estados Unidos y Rusia. En 2015, 1.600 personas han perdido la vida al cruzar el Mediterráneo.