El ex director general de la Unesco y exministro de Educación y Ciencia Federico Mayor Zaragoza manifestó ayer que le parece muy triste que en España se sigan los criterios de evaluación del Informe PISA, pues es un método de calificación «que educa en el tener y no en el ser».

Durante su intervención en el curso «Mutaciones culturales, conflictos identitarios y convivencia en el Mediterráneo», organizado por la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), Mayor Zaragoza recordó que estos informes están elaborados por una institución económica, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), y declaró que la educación consiste en «aprender a ser, conocer, hacer y vivir en compañía».

El objetivo de la educación para Mayor Zaragoza es «ser libre y responsable, y no actuar al dictado de nadie», y también inculcar al individuo «que pese a que todos somos distintos, somos iguales en dignidad», una premisa que, a su juicio, resolvería muchos problemas de la sociedad si todo el mundo lo comprendiera.

«Hay que escuchar a los demás aunque tengan una opinión totalmente opuesta», dijo el ex director general de la Unesco, que detecta «una crisis en el modelo democrático y una sustitución de los estados por modelos mercantiles en la sociedad actual».

En este sentido, también ha postulado que la Unión Europea es «únicamente una unión monetaria», y que la ONU «no es una institución democrática debido al sistema vigente de derecho a veto».

En este sentido, afirmó que Estados Unidos «ha sustituido los valores humanos por los bursátiles» y añadió que la mayor parte de los conflictos en la actualidad son intrarreligiosos y no interreligiosos, y tienen su origen en concepciones extremistas y alejadas de la realidad de las tradiciones.

Ante esta situación, Mayor Zaragoza abogó por mejorar la sociedad a través de una evolución donde «se cambian algunas cosas y otras no», y adelantó que si esto no se lleva a cabo se provocará una revolución social.

Por su parte, el sociólogo Alain Touraine, que también participó ayer en los cursos de la UNIA, centró su ponencia en apelar a la dignidad como motor de las relaciones humanas y manifestó que en un contexto de globalización «los países occidentales no saben cómo definir su situación».