El grupo municipal socialista pedirá en la próxima comisión de Cultura, que se celebrará el lunes 13, que el parque sin nombre en la zona de Olletas con los restos de dos molinos que recibían las aguas del Acueducto de San Telmo lleve el nombre de Parque de los Guardas del Acueducto.

La moción, explicó a La Opinión el concejal socialista Daniel Pérez, recoge la petición realizada en varias ocasiones en este periódico por Enrique Aguilar y su hijo Javier, fallecido la semana pasada.

Enrique, ya jubilado, y su hijo Javier formaban la segunda y tercera generación de guardas de esta obra de ingeniería del XVIII, aunque Javier de forma honorífica. La propuesta de los Aguilar era que el parque, que no tiene nombre y que además acoge los restos prácticamente enterrados, salvo la bóveda, de uno de los puentes del acueducto, de 15 metros de altura, llevara el nombre de Parque de los Guardas del Acueducto, en memoria de todos los guardas que han vigilado el hoy Bien de Interés Cultural desde hace 225 años.

La moción, detalló Daniel Pérez, también incluye la propuesta de que en la zona recién ajardinada del puente de los Once Ojos, en Ciudad Jardín, se instale un pequeño monolito en el que se informe de la labor que realizaban los guardas.

El último punto de la moción insta al Ayuntamiento a poner en marcha el plan director del Acueducto de San Telmo, aprobado por el Ayuntamiento en 2013.

A este respecto, Javier Aguilar proponía en este diario el año pasado que lo primero que debía hacer el plan director era registrar esta obra costeada por el obispo Molina Larios «porque ahora mismo no tiene dueño». Quedaba, destacaba Javier Aguilar -el máximo defensor de este BIC en los últimos 15 años- mucho por hacer: «Se pueden hacer muchas cosas, rehabilitar los puentes, iluminar algunos, poner carteles informativos, pintar una ruta en el suelo para poder recorrer el acueducto...».

El abuelo de Javier, Juan Aguilar, fue el primer guarda de la familia: consiguió el puesto en 1919. Enrique, la siguiente generación, comenzó a trabajar como guarda en 1962, hasta que se jubiló por enfermedad en 1985, aunque sigue vigilando por gusto hasta la fecha. Javier Aguilar tomó el relevo en 2001de forma honorífica.