Con un clima envidiable, las playas de Málaga atraen cada año a cientos de familias dispuestas a lucir bronceado y combatir el intenso calor con un buen baño. Un clima festivo y jovial que puede truncarse ante un peligroso enemigo que acecha en los mares.

No tiene aletas ni fauces, no tiene pinzas ni garras. Su método es otro. Aguarda en silencio aprovechando las corrientes marinas que decidirán a modo de ruleta rusa su siguiente víctima. Se trata de la medusa.

Este animal nunca viaja solo, pues forma enjambres para una mejor reproducción y defensa. Ante un simple contacto físico, las denominadas aguamalas despliegan cnidocistos, unas células urticantes que contienen veneno que se adhiere a las presas mediante un filamento equipado con espinas.

Siempre se debe evitar el baño cuando la playa está infectada por esta especie, pero hay ocasiones en las que ya es demasiado tarde. Por ello es bueno conocer las formas óptimas de tratar una picadura de medusa.

La primera recomendación es simple, se debe ir con presteza al centro de salud más cercano. Algo que si bien es una acción de sentido común, muchas veces no se practica, ya que se prefiere tratar en casa mediante remedios caseros de dudosa eficacia, o directamente acudir al farmacéutico.

Sin embargo, Juan Antonio López, del Aula del Mar, indica la importancia de mostrar el pinchazo al médico: «Normalmente no son heridas muy graves, son leves, pero pueden infectarse».

En el momento posterior a la picadura, se debe lavar la zona afectada con agua salada, y en ningún caso con agua dulce como reza la creencia popular. «El motivo es que el cambio osmótico provoca que los cnidocitos, unos pequeños aguijones que tienen estos animales, revienten, salten más y te perjudiquen», concluye Juan Antonio López.

Una vez la zona quede bien limpia, se procederá a aplicar hielo durante 5 minutos, teniendo especial cuidado en no ponerlo directamente sobre la piel para no producir quemaduras.

Acto seguido, después de esperar un tiempo prudencial para que la herida se seque, se podrán aplicar desinfectantes del tipo Betadine.

Además, existen cremas solares con antihistamínico que ayudan a reducir la inflamación y las posibles afecciones secundarias, pero solo sirven para las picaduras leves, pues según Ángel García Arjona, vocal de Atención Primaria del Colegio de Médicos: «Hay algunas picaduras que producen ampollas que necesitan un tratamiento más especializado en el centro de salud».

Se deberá tener, además, especial cuidado con grupos poblacionales diversos, como niños o personas de avanzada edad, porque las consecuencias podrían ser de mayor gravedad. «La diferencia es que esta persona tenga una enfermedad, como en el caso de un anciano que tenga una cardiopatía y la picadura le produce un dolor muy intenso que provoque una bajada de tensión», sentencia Ángel García.

La peligrosidad varía según la medusa que inyecte el veneno, pero según García podemos estar tranquilos: «Hay medusas que pueden dar molestias graves e incluso provocar la muerte, lo que pasa es que en el Mediterráneo no hay prácticamente».

Mitos y leyendas

Con el paso de los años, muchas leyendas urbanas o mitos acerca de como curar o reducir el dolor de la picadura se han repetido. Sin embargo, nunca se tiene que prestar atención a este tipo de remedios caseros, como por ejemplo la aplicación de amoníaco o vinagre en la herida, o la acción de orinar en la zona afectada.