La cooperativa andaluza Dcoop prevé que la próxima cosecha de aceite de oliva en España será "media-baja" y rondará las 1.300.000 toneladas, y resta importancia a los efectos que puede tener la ola de calor en el olivar, ya que la "clave" estará en que no se retrase la lluvia en septiembre.

El subdirector general de Dcoop, Rafael Sánchez de Puerta, ha manifestado a Efe que el "principal problema" que tiene el campo este año es la baja pluviometría que ha habido en invierno, por lo que "lo fundamental" es que haya lluvias en septiembre.

Aunque las temperaturas están siendo altas, "estamos en un sitio -ha subrayado- más o menos acostumbrados a esta situaciones" y "cinco grados arriba o abajo, al final es lo normal en estas fechas".

El calor registrado en mayo "fue mucho peor" y produjo más mermas de cosechas, en los cereales y el olivar de algunas zonas, que estaba en plena floración, ha afirmado.

"Lo bueno en el campo es que en cada momento del año haga el clima propio de esa época", ha asegurado Sánchez de Puerta.

En cuanto a las previsiones para la cosecha, ha anticipado que será "mejor" que la del año pasado, en la que se contabilizaron 835.000 toneladas de aceite en España, pero estará "lejos" del récord alcanzado hace dos años, de 1.780.000 toneladas, por lo que podría rondar las 1.300.000 toneladas.

Sánchez de Puerta ha precisado que se trata de un cálculo "prematuro" y no ha cuantificado la producción prevista en Dcoop, que tiene una cuota del 17 por ciento sobre la producción nacional de aceite de oliva, y del 8 por ciento a nivel mundial.

En cuanto al efecto que puede tener una cosecha media-baja en los precios, ha indicado que el pasado año estaban "anormalmente bajos y ahora quizás un poco altos" por la falta de producto, por lo que ha augurado que se volverá a "una situación de normalidad".

La menor disponibilidad de producto por una anterior cosecha baja ha supuesto una ligera reducción en la exportación de aceites envasados, que ha sido algo más acusada en la de graneles, ha explicado.