La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a seis años de cárcel a un hombre al que la Fiscalía acusada de abusar sexualmente de su sobrina en su domicilio de Alhaurín de la Torre en la tarde del 17 de agosto de 2009. Asimismo, es sentenciado a pagar 15.000 euros a la menor por los daños morales causados y no podrá acercarse a la víctima ni ponerse en contacto con ella durante 14 años.

Según consta en el apartado de hechos probados de la sentencia, el procesado, que tiene antecedentes penales no computables para este caso, a las siete de la tarde del 17 de agosto de 2009 se encontraba en su domicilio, en el que también se hallaba su sobrina, de 14 años de edad en la época de los hechos. Estaban solos, asegura la Sala, una vez que se había marchado su primo y hacía carambolas en una mesa de billar que existe en el sótano del inmueble.

En esos instantes, llevado «de evidente ánimo lascivo y aprovechando la soledad del momento y la confianza y el cariño que la niña le dispensaba, por detrás la cogió de la cintura y la levantó en el aire, girándola». Luego, siempre según los miembros del tribunal, la sentó en la referida mesa de billar, y abusó sexualmente de ella «un breve momento, ya que al oír un ruido paró».

La niña, en un primer momento, no contó nada a su madre «por miedo y por vergüenza» pero acabó confesándoselo a sus hermanos, que se lo dijeron a su progenitora. La víctima cayó en un estado ansioso depresivo que ha influido en su desarrollo psicoevolutivo, generando una personalidad insegura.

Mantuvo su versión

La joven mantuvo su versión desde el primer momento, y la confirmó de forma tajante y convincente en el juicio, «no dejando duda alguna al tribunal sobre la credibilidad de la misma». El acusado, por su parte, no se explicó por qué su sobrina dijo eso. Su relación en el momento de los hechos, de esta forma, era muy buena.

La Sala entiende que el testimonio incriminatorio aparece corroborado por las periciales psicológicas. Uno de ellos concluyó: «Se detectan respuestas emocionales que son consecuencias compatibles con el supuesto abuso sexual vivido y el procedimiento de intervención en curso: malestar y culpa, vergüenza durante la descripción del episodio vivido tras las posibles consecuencias que han podido derivarse para ella y su familia tras la revelación del mismo».

Los peritos consideraron no válido su testimonio pero sí aseguraron que las respuestas emocionales son consecuencias compatibles con los presuntos abusos.