La investigación publicada hace unos meses por el Gobierno británico es extensa, aunque las conclusiones se centran en tres aspectos. La «gran irresponsabilidad» de los oficiales que participaron en la fiesta por poner en peligro la vida de los 13 tripulantes y otros buques cercanos. La actitud del capitán, cuya reticencia a contactar con las autoridades españolas delató su deseo de evitar llamar la atención de las mismas mientras intentaba resolver la situación por sí mismo. Y, por último, el informe considera que este accidente es un «poderoso argumento» para que la Organización Marítima Internacional endurezca la normativa que limita el consumo de alcohol en el sector.