A Pedro Marín Galiano, funcionario de Justicia de 35 años, llevaba años pasándole lo que a muchos escritores: que se recriminaba constantemente por qué no paría de una vez su novela -a lo mejor él añadía el adjetivo «puñetera» a la frase anterior. Granadino de nacimiento, aunque destinado en Málaga desde hace seis años, un día paseando por la feria del libro de la ciudad nazarí paró ante una caseta en la que había varias obras de la exitosa novelista Clara Peñalver. «Ella tenía entonces 26 años y yo 30. Me dije: ¿Qué estoy haciendo?». El resultado de aquella reflexión interior acaba de ver la luz: El crisol de lo prohibido y una mujer que desaparece (Círculo Rojo), una novela negra que, sin duda, ha nacido entre expedientes judiciales.

Ahora ocupa una plaza en el Juzgado de lo Social número 6 de Málaga y ha pasado por Instrucción 4 de Torremolinos y Primera Instancia cinco de la misma localidad. «Hice Derecho y pensé lo que todos: que era un trabajo fijo y estable. Mi familia se ha movido siempre en los negocios, mi padre era empresario y mi madre auxiliar de clínica y por ahí vino lo de ser empleado público». Tal vez por esa estabilidad matinal, se gestó en su mente la idea de hacer una novela negra, con el tremendo reto vital y literario que ello supone, una empresa en la que muchos se quedan por el camino. «Leer y escribir son el mismo reino: si te apasiona la lectura te apasiona a escribir».

De pequeño, ya escribía cartas a sus amigos y compañeros, aunque él se considera «vocacionalmente un poeta», pero admite que «el género es la novela». Conocido del superventas francés Romain Puértolas, quien reseña su libro en la contraportada, explica que éste le indicó que el éxito le ha llegado a la octava novela. «Es un ejemplo a seguir», subraya.

El libro ha tardado dos años en escribirlo, algo normal si se tiene en cuenta que ha debido hacer frente al trabajo y lidiar con los hijos. «Siempre digo que si me pagan un hotel en la Toscana tardo un mes». La novela es negra, o sea, que es a la vez muchas historias en una, rompiendo las costuras del género. «También hablo de relaciones interpersonales, de amor, de las redes tejidas entre los personajes». A ello le añadió una intrigante y bien construida trama policial para la que prácticamente no debió documentarse. «Opté por el mundo judicial», recalca, aunque sí que debió profundizar algo en el arte de la pintura y los vericuetos del procedimiento policial. «La novela negra no es pura».

Pinceladas de la novela. En su historia conviven un misterioso hombre del traje color castaño que regresa a una ciudad que ya no es la suya; la pintora Eva Monteiro, que reinterpreta en óleo una obra maestra de Botticelli; el inspector Abelardo Manresa y la oficial Idoia Etxeberría, que visitan una misteriosa urbanización; la profesora Constanza Peñafiel, una experta en crímenes literarios que contrata a un detective privado; dos amantes que son fotografiados en la playa y una mujer que desaparece. Puértolas ha dicho de esta obra: «Me ha hipnotizado de principio a fin... y es muy difícil hipnotizar a un faquir».

De lo que está más orgulloso este escritor novel es de que su prosa y la trama logran mantener el suspense hasta el final. «He tenido buenas críticas por ahora, pero lo que más me llama la atención es la gente que no te conoce y te escribe o te llama. Hay quien me ha dicho que ha llorado con el libro y otros, que han reído o que se lo han leído en dos días».

Escritor nocturno, ha situado la acción en Costablanca, que es, como se pueden imaginar, Málaga. «Salen el café Jardín, el mítico Samoa, que ahora cierra, y hasta la Ciudad de la Justicia», dice. ¿Cuál ha sido su meta para culminar esta obra, cuál era el fin? «Quería escribir un libro que leyera yo, pero al final siempre terminas escribiendo para el público».

Ya trabaja en una segunda parte, que nace gracias a la continuación de la historia de algunos de los personajes de su primer trabajo. «Esto nació como una trama emocional y de sentimientos entre una red de personajes; mi hermano la leyó y me dijo: ‘Está bien escrito pero le falta trama’, y me pregunté: ¿Y si un personaje desaparece? Se abren unas diligencias previas, hay preguntas, intriga. No sabemos por qué... hay interrogatorios, la policía abre pesquisas...», dice.

También le han dicho que los personajes son bastante creíbles, personas de todos los días, de los que puedes encontrar tomándose un café a tu lado en tu bar preferido. «Tampoco es que haya protagonistas destacados», insiste.

Marín es ferviente seguidor de García Márquez y Arturo Pérez-Reverte, además de leer novelas policiacas desde que era pequeño. Ahora, sus aspiraciones pasan por seguir leyendo, continuar escribiendo y lograr que ustedes, los lectores, pasen un buen rato. El libro cuesta 12 euros y se puede encontrar en las siguientes librerías: Luces, Mapas y Compañía, Proteo, Rayuela, En Portada, Delgado, Picasso, La Lonja y Mahatma Showroom.