Desde las ocho de la mañana hasta última hora de la noche. El domingo se ha entregado a la devoción a la Virgen del Carmen Coronada, la del Perchel, que ha reinado no solo en su barrio. Ni solo en el Centro, también sobre el mar de Málaga. Por tierra y por mar, la devoción no encuentra barreras para expresar. Ni la gente para acompañar a esta Virgen, que celebraba su primer centenario de la procesión marítima y lo ha hecho como es tradicional, rodeada de embarcaciones que la han acompañado en su recorrido frente a las playas de La Malagueta y La Caleta, para encontrarse con la hermandad de la Virgen del Carmen de los Submarinistas, que le hicieron una ofrenda floral.

Pero rebobinemos. La celebración de la festividad del Carmen comenzó pronto en los alrededores de la iglesia del Carmen, en el corazón de El Perchel. Desde su interior salió el cortejo presidido por la imagen coronada con el tradicional rezo del Rosario de la Aurora, con el que se dirigió a la Catedral. La imagen se presentó con la toca, prenda recuperada tras varios años vistiendo la mantilla. El Niño Jesús, en sus brazos, iba ataviado con el hábito carmelita, haciendo un guiño al quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús. No fue el único.

Una vez en la Catedral, el trono con la Virgen del Carmen, todavía de madera tallada, entró por la puerta de la Encarnación al interior del templo. El obispo de Málaga, Jesús Catalá, fue el encargado de oficiar la misa a las 10.00 horas. Una hora más tarde, la procesión continuó desde la Catedral hasta el puerto. Eso sí, tras ser recibida en la escalinata de la Catedral con la Salve Marinera.

La Banda de Música de la Expiración fue la encargada de poner la música a la procesión en dirección al Puerto. Carmen, reina del Perchel o Aniversario Macareno fueron algunas de las marchas que se interpretaron en este recorrido, una de las grandes novedades de este año.

A diferencia de lo que ocurre desde el año 2000, el cortejo no se dirigió hacia la sede del puerto, sino que recorrió el paseo del palmeral y parte del muelle 1 para situarse a la altura de la capilla del puerto, donde le esperaba un baldaquino montado por los hermanos de la Sagrada Cena.

Allí permaneció la imagen hasta las 18.30 horas, momento en que embarcó en el remolcador Vehintiocho para bendecir las aguas de la bahía.

A su regreso, ya pasadas las ocho de la tarde, le esperaba en el muelle un trono con la imagen de Santa Teresa de Jesús, que acompañó, de forma especial este año, a la Virgen del Carmen en su recorrido triunfal de vuelta ya a su sede.

El escuadrón de lanceros, timbales y clarines de la Banda de la Victoria abrieron el cortejo de regreso a El Perchel, seguidos de representantes de cofradías vinculadas con las carmelitas (Salutación, Humildad y Paciencia y Carmen Doloroso), así como seglares carmelitas. La Banda de Música de la Expiración se encargó de dar el acompañamiento a la Virgen con una atinada selección de marchas.