Los marineros del Carmen, fiestas del verano, de la vendimia, del turista, certámenes de bailes y danzas y hasta platos de rico ajoblanco. Esta es una mínima representación de la totalidad de las fiestas que durante los tres meses de verano se celebran en los 103 municipios de la provincia.

A lo largo y ancho de Málaga hay una gran variedad de celebraciones y festejos populares para todo tipo de gustos y sentimientos. No hay diferencia entre que sea en pequeños municipios o grandes. Casi todas son conocidas fuera de las fronteras de la provincia y cuentan con una gran cantidad de visitantes extranjeros. Desde la Feria de Málaga hasta la Luna Mora de Guaro, pasando por el Día del Vino de Cómpeta. Todas ellas tienen su tradición y no son pocos los malagueños que no dudan en desplazarse hasta municipios cercanos para disfrutar de ellas.

La semana pasada se celebraron en muchos municipios costeros las fiestas marineras del Carmen. Fuengirola, Torremolinos o Málaga fueron algunos de los puntos de encuentro de celebración de esta festividad tan emotiva del mes de julio. Y ya empieza a ser normal ver día tras día la celebración de una gran cantidad de festejos municipales en muchas localidades de la provincia.

Casabermeja ha logrado establecerse con fuerza en la agenda de citas jondas con su Festival de Cante Grande, que es año celebra su edición número diecisiete. Esto es sólo un ejemplo de los muchos pueblos malagueños que intentan hacer un hueco en las fiestas tradicionales. Para ello destinan unas partidas presupuestarias altas, que esperan recuperar mediante el turismo que durante esos días se acercan a sus calles. No es un gasto si no que es una inversión. A mayor atractivo turístico, mayores son las posibilidades de que aumenten los visitantes.

Otra de las ofertas que están proliferando por Málaga son las que se centran en la gastronomía. Normalmente se centran en algún plato típico de las zonas o un producto que se produce en el municipio y por el que es ampliamente reconocido.

Por citar algunos ejemplos, en la primera quincena de agosto celebran en Almáchar el día del Ajoblanco, una sopa fría característica de Málaga que se compone de pan, almendras, ajo, agua , unas gotas de aceite de oliva y una pizca de sal. Durante esos días, en los portales de sus casas con muñecos manufacturados representando a las diferentes personas del pueblo.

También los festejos taurinos proliferan en verano en Málaga. Son un importante reclamo turístico durante las fechas estivales. Por ejemplo, se celebran las Goyescas de Antequera y Archidona. Esta última la recuperó el pueblo hace pocos años con un aliciente para llevarla a cabo: Su magnífica plaza ochavada que es uno de los principales emblemas que hace no olvidar los tiempos del barroquismo andaluz.

El objetivo que se plantean los 103 municipios de Málaga es el de potenciar el turismo en sus calles. Se plantean ser conocidos. Ya sea una noche flamenca o unas jornadas en las que se ensalza la sopa perota. Ver, saborear y hasta olfatear cada rincón de Málaga es uno de los acicates para fomentar el repunte de los pequeños municipios que con unos pocos días pueden subsistir durante un largo tiempo. Y también, resulta obvio, que los visitantes disfruten entre familia y amigos de los placeres de la tierra y así conocer unas nuevas costumbres y una retahíla de nuevas tradiciones.