­Las primarias de Ciudadanos han terminado por abrir una herida en el seno del partido en Málaga. Una crisis que sus líderes quieren ocultar pero que trasciende la organización tras unas elecciones muy disputadas para determinar quién encabezaba la lista al Congreso. Al día siguiente de conocerse que Irene Rivera será la número uno, como ya lo fue en las recientes elecciones autonómicas, tres de los cuatro miembros de la junta directiva de la capital presentaron su dimisión, y en algunos casos, reconocieron que existen «claras desavenencias».

Así lo admitía ayer Guillermo Díaz, el candidato de Juan Cassá en estas primarias y que se quedó tercero con 115 votos (Rivera obtuvo 156 sufragios y Javier López 150). «Es muy pronto para saber cuál va a ser mi futuro dentro del partido», añadía con cierto desencanto. Para Díaz, como para Gonzalo Sichar, portavoz de Ciudadanos en la Diputación y miembro dimitido de la junta directiva de la capital, «que Rivera opte ahora al Congreso no es ético», como dijo en una entrevista publicada ayer en La Opinión de Málaga. «Estamos repitiendo los esquemas de los partidos tradicionales y con ello no puedo estar de acuerdo», añadió Díaz.

Por su parte, fuentes cercanas al portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Málaga, Juan Cassá, explicaron que su dimisión de la junta directiva se produce para centrarse en sus labores municipales, en línea con lo ya realizado hace unas semanas cuando dejó su cargo como subdelegado territorial y fue sustituido por Carlos Hernández White. «Hay que recordar el peso de nuestra formación en el Ayuntamiento y que solo son tres concejales y uno está en la Diputación», añadieron las fuentes.

En todo caso, Hernández White quiso ayer quitar hierro a esta situación de enfrentamiento en el seno de la formación naranja en Málaga. Insiste en que la supresión de la junta directiva forma parte de un proceso que se inició en toda Andalucía «hace semanas» para reestructurar el partido creando agrupaciones más pequeñas y asociadas a los distritos. «Se iba a hacer tarde o temprano», señala el subdelegado territorial de Ciudadanos en la provincia. Cada agrupación tendrá un coordinador, un secretario, un responsable de comunicación y dos vocales, según ha podido saber este periódico.

En el caso de Málaga capital, la junta directiva estaba compuesta por unos 580 afiliados, «y tenía ya poco sentido que estuvieran representados solo por cuatro personas», indicó. «Son cosas normales», añadió.

Mientras tanto, Ciudadanos ha creado una gestora que hasta septiembre se hará cargo de la formación en la capital, y que estará presidida por Diego Palacios, profesor de instituto que también fue candidato a las primarias pero no pudo presentarse al no lograr los suficientes avales.

La pregunta que cabría hacerse es por qué dimiten precisamente ayer, tras celebrarse primarias, tras la victoria de Irene Rivera y cuando algunos de sus miembros no han tenido problemas en mostrar su contrariedad con este resultado. «¿El peor momento? Yo creo que no, que es bueno porque así comenzamos esta necesaria reestructuración desde ya», asegura Rivera, que no dudó en hacer evidente su felicidad por el resultado de las primarias al vencer «a dos candidatos muy capaces». Desde este punto, la número uno al Congreso se compromete a «volver a unir a todo en mundo en torno a un único proyecto». Para aglutinar, la aún parlamentaria andaluza considera clave la comunicación interna y que todos los militantes se sientan importantes y participen. En todo caso, no oculta que «hay muchas cosas que mejorar».