El responsable del Parque del Oeste, Miguel Otamendi, explicó ayer a La Opinión que la puerta giratoria se instaló «porque en su día también fue reclamada por vecinos». La puerta, detalló, se instaló después de varios incidentes, «sobre todo con extranjeros que se habían quedado encerrados en el Parque del Oeste hasta las 4 o 5 de la mañana hasta que alguien llamó a la policía». Para Otamendi «la gente se despista y tienes que darle una opción de salida. Ahora ya no tenemos quejas de este tipo», recalcó. En cuanto a la falta de vigilancia, señaló que no resultaba eficaz porque los vigilantes no podían retener legalmente a nadie ni pedir documentación y cuando llamaban a la policía y esta llegaba los gamberros «ya se habían marchado».