La resignación no es la única opción. Es lo que piensan en torno a 900 vecinos de El Palo que han apoyado mediante firmas la presentación ante la Fiscalía de una demanda en la que se pide al Ministerio Público que se investiguen supuestas irregularidades por parte del Ayuntamiento de Málaga. En concreto, los vecinos denuncian que las estaciones de bombeo de Gálica y Jaboneros están ubicadas en zona verde, sin el correspondiente permiso del Ministerio de Fomento.

Ambas estaciones de bombeo ya han sido noticia en las últimas décadas, a causa de las numerosas quejas de los vecinos en relación a los malos olores que deben soportar. «Hay días que es insoportable, tenemos que cerrar todas las ventanas y puertas», declara Antonio Ramos, uno de los vecinos que más ha sufrido las molestias ocasionadas por este problema.

Rafael Caparrós, portavoz de las ocho asociaciones de vecinos que han interpuesto la demanda, afirmó ante los medios: «Las estaciones están ubicadas en zona verde y sin licencia alguna, por lo que ahora la fiscalía tendrá que decir si tenemos razón».

De hecho, los tribunales ya les dieron la razón hace 17 años, cuando denunciaron un delito ecológico por los vertidos de la estación de bombeo de Gálica, que expulsaba aguas fecales a cien metros de la playa.

De esta última demanda se ha desmarcado la Asociación de Vecinos de El Palo -ajena a las restantes- que no obstante ha querido expresar, mediante uno de sus miembros, Antonio Rodríguez, que esperan que las autoridades «tomen conciencia» e inviertan dinero «en las cosas que no se ven».

Otro de los asuntos que denuncian estos vecinos es que el concejal de Urbanismo, Francisco Pomares, «no ha respondido» a la audiencia que le solicitaron, tal y como le obliga el artículo 105 de la Constitución, explican. «Tampoco nos ha facilitado los archivos y registros administrativos que le solicitamos», declaró Caparrós.

Por otro lado, el gerente de Emasa, José Luis Rodríguez, matizó a este periódico que las estaciones de bombeo tienen un sistema que «funciona correctamente» y que pasan por un «control diario». «Es inevitable que haya intervalos de tiempo en el que los olores causen molestias, ya que esas aguas fecales se deben reponer», explicó, a la vez que añadió que desplazar esas estaciones sería «trasladar el problema a otros vecinos».

«A nadie le gusta vivir al lado de un contenedor de basura.

Nosotros entendemos que la que hay es la mejor opción. y con mucho gusto aceptaremos cualquier otra alternativa, pero hasta ahora no nos han presentado nada», finaliza el gerente de la Empresa Municipal de Aguas de Málaga.

Con todo ello, el siguiente episodio de esta película de suspense para estos ciudadanos malagueños será conocer si la Fiscalía admite o no a trámite la demanda interpuesta.