­Bajo un calor sofocante, en un país extranjero y con cierto malestar por la postura de la Guardia Civil. Es esto lo que le pasó ayer a medio millar de malagueños que se encontraron atrapados en Gibraltar cuando se disponían a salir en los más de 15 autobuses que los habían transportado hasta allí. Eran viajeros locales y extranjeros que bien temprano salían de camino al Peñón en los autobuses que partieron de Málaga y de diferentes puntos de la costa. Minusválidos, mayores, niños, familias al completo, algunos de ellos extranjeros. Todo el espectro social representado en un grupo que imaginaba convertir un viernes de julio en un día de ocio y compras sin IVA y que se acabó convirtiendo en un infierno, a casi 40 grados parados en una explanada de Gibraltar.

Estos turistas, que viajaban con las compañías Viajes Rusadir, Julia Travel, Costáfrica y VDT, se encontraron con que después de pasar los controles de la policía gibraltareña, fueron los agentes españoles los que no les dejaban pasar tras más de dos horas de espera en un amplia explanada sin más compañía que un sol abrasador. «Parecía que no nos estaban haciendo caso», aseguraba María, una de las turistas del nutrido grupo. «Los de la Guardia Civil hablaban entre ellos pero no se preocupaban por las personas que estábamos a esa hora -16.00 horas- al sol en la explanada de salida de Gibraltar», afirmaba.

En cambio, María sí aseguraba que eran los agentes de menor rango los que más se estaban preocupando de ellos aunque reconocían que no podían hacer nada ya que sus superiores no daban el permiso. La excusa que les daban a estos malagueños es que habían entrado en la roca 400 los camiones y les están registrando hasta la válvula de las ruedas. Sólo quedaba abierto uno de los carriles y por lo tanto era difícil agilizar la salida a los turistas. «Lo normal era que a nosotros nos hubieran abierto un segundo carril y facilitar la salida de las personas y que a los camiones los fueran desalojando poco a poco», proponía María a pocos metros de uno de los guardia civiles que no les impedía el paso.

Finalmente, y cuando ya habían pasado tres horas desde que estaban en la cola les abrieron paso. Esto se produjo minutos después de que se publicaran en la laopiniondemalaga.es las quejas de éstos excursionistas. Los viajeros presionaron en las redes sociales hasta conseguir el permiso para salir del Peñón. Así terminada una jornada que pintaba llena de ocio, compras y visitas a las cuevas de Gibraltar y que terminó convirtiéndose en un viaje de pesadilla.