­La Federación Andaluza de Tiro Olímpico (Fato) no está dispuesta a permanecer con los brazos cruzados después de que la Junta haya ordenado el cierre del campo de tiro deportivo de la Cuenca del Guadalmedina, una medida que se concretó hace tres meses y medio siguiendo las conclusiones de un informe que desaconsejaba su uso tras el incendio que afectó a la zona hace casi un año, el 10 de agosto de 2014, arrasando 273 hectáreas de bosque. Así, los tiradores olímpicos iniciaron ayer una recogida de firmas para pedir la reapertura inmediata del centro.

Nicolás Tamargo, presidente de la FATO, explicó a La Opinión de Málaga que se están tomando medidas en defensa «de unas instalaciones deportivas modélicas en toda España, y cuya concesión de ocupación hemos tenido durante 40 años».

El 10 de agosto pasado se produjo un incendio en el entorno del campo, ubicado en los Montes de Málaga, tras lo que la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio culpó del siniestro, señaló Tamargo, a algún usuario que practicaba el tiro olímpico. «Luego, nosotros demostramos que no fue así con periciales y ellos, en otro informe, consideran que el perímetro del campo no estaba limpio por lo que deciden cerrarlo», precisa. Les dieron un plazo para desalojar el complejo deportivo del Guadalmedina, el 10 de marzo recibieron el escrito de paralización de actividad, una orden que acataron pero que han recurrido ante los tribunales.

Esta misma semana se reunieron para determinar qué estrategia seguir. «Hay 1.600 federados que han dejado abandonados de la mano de Dios, éste es un campo modélico en el país y han ordenado partidariamente el cierre, estamos desesperados», dijo. Ahora inician la recogida de firma pero se plantean otras acciones de protesta.