La universidad no puede permitirse el lujo de desperdiciar el talento de una parte de la sociedad porque, a juicio del rector en funciones de la UMA, José Ángel Narváez, los discapacitados físicos, psíquicos o sensoriales, sin embarggo, tienen la misma capacidad de transformar la sociedad. Lo dijo ayer en la clausura de la segunda edición del Campus Inclusivo de la Universidad de Málaga, en el que 11 estudiantes con discapacidad y 7 estudiantes sin ella, procedentes de la ESO, FP y Bachillerato de diferentes provincias de Andalucía han conocido de cerca el mundo universitario. La de Málaga es la andaluza con una mayor tasa de alumnos con discapacidad matriculados.

«Y esto es algo que enriquece y nos hace ser mejores», sentenció Narváez. En solo una década, la población estudiantil con algún tipo de minusvalía reconocida ha pasado de 70 a los más de 600 matriculados en pasado curso. La Universidad malagueña es pionera en la atención a la discapacidad, llevando a cabo actuaciones que inciden en la calidad y condiciones de vida de los estudiantes de la institución académica malagueña. De hecho, como anunció la vicerrectora de Estudiantes de la UMA, María Jesús Morales, la UMA está siendo sometida a una auditoría para conseguir el primer sello Bequal que obtendría una universidad española y que reconoce cómo desde la entidad se facilita el acceso a la educación superior en todos los sentidos.

Ya en 2013, la UMA fue reconocida con el premio andaluz de buenas prácticas, en este sentido, en favor de la inclusión de alumnos discapacitados. Así, la comisionada para la Universidad, Juventud y Planes Especiales de la Fundación ONCE, Isabel Martínez, patrocinadora de este Campus Inclusivo, destacó como la discapacidad «no tiene que ser una barrera para llegar a los niveles más altos del conocimiento». «No os pongáis límites ni en vuestra formación ni en la vida», aconsejó a los alumnos presentes ayer en el acto de clausura de este campus.

Por su parte, el director General de Personas con Discapacidad de la Junta de Andalucía, Gonzalo Rivas, también presente en este acto celebrado ayer en la sede del Rectorado de la UMA, insistió en la necesidad de «romper estereotipos». «Cuando se facilitan los medios la discapacidad se convierte en algo cotidiano, como se aprecia en la Universidad de Málaga», destacó.

A la clausura del Campus Inclusivo. Campus sin Límites, que ha acogido la UMA por segundo año consecutivo y ya prepara su tercera participación el próximo verano, también asistieron la concejala de Accesibilidad del Ayuntamiento de Málaga, Francisca Bazalo; el subdirector General de Formación y Movilidad, Profesorado e Innovación Docente del Ministerio de Educación, Alejandro Cremades; y Natalia Álvarez, representante de la Fundación Repsol, que también patrocina esta actividad.

El campus se ha desarrollado durante esta semana y hasta el domingo. Entre los objetivos que se han perseguido destacan los de fomentar que los estudiantes con discapacidad no abandonen los estudios y concluyan su formación en el ámbito universitario. «Estamos aquí para ayudaros a cumplir vuestro sueño y para que nos enseñéis a ser mejores», insistió el rector en funciones.

Durante la duración de este programa, los participantes han conocido en profundidad las diferentes titulaciones de Grado que oferta la Universidad de Málaga, así como los servicios y prestaciones que pone a disposición de sus estudiantes con discapacidad. Y también han participado en actividades culturales y lúdicas, visitas a monumentos y estancias en Tivoli o Bioparc, en Fuengirola.