No estamos ante el verano de 2012, cuando la llegada masiva de medusas llegó a generar una especie de estado de alerta generalizado entre miles y miles de bañistas que a diario tomaban las playas del litoral malagueño. Sin embargo, estos invertebrados han vuelto a ser protagonistas durante todo el mes de julio, debido a una especie de banco que ha cruzado el litoral de Nerja a Manilva y que ya empieza ser pasado, como confirman los responsables del Aula del Mar de Málaga.

«Ha sido un verano muy activo. De hecho, de la app Infomedusa que pusimos en marcha con la ayuda de la Diputación para informar de la presencia de medusas en las costas malagueñas se han duplicado las descargas, hasta superar ya las 20.000». Así lo remarca el biólogo Juan Jesús Bellido, experto en estos animales dentro del organigrama del propio Aula del Mar. Este organismo, encargado de la recuperación de especies marinas, pero también de informar sobre las propias medusas, su naturaleza y aspectos fundamentales, subraya que los municipios se han puesto las pilas en esta campaña estival como nunca hasta ahora.

«Hemos visto cómo se han puesto en marcha embarcaciones especiales en Estepona y Torrox. Son medidas que contribuyen a paliar los efectos sobre la población que puede sufrir las molestas picaduras», añade Bellido. No obstante, remarca que dichas picaduras suelen tener consecuencias leves en las personas, salvo que generen reacciones alérgicas, en determinados casos, o que como consecuencia de que se produzca el contacto con los tentáculos en zonas como la cara, los efectos sean más dañinos -en esa parte del cuerpo la piel es más fina-.

Añade que la app, disponible para Iphone o Android, se puede descargar directamente desde www.infomedusa.es/download.

«Ahí los usuarios pueden encontrar información actualizada en tiempo real sobre el estado de las playas, porque algunas ponen banderas específicas por la llegada de las medusas, pero también son muy interesantes los comentarios que aportan los bañistas. La propia app, ideada en 2013 y plenamente operativa desde el pasado año, sirve de vehículo para que las personas que sufran las picaduras alerten a otras».

Así se han podido registrar durante las primeras semanas de julio multitud de incidencias, de Este a Oeste, en Torremolinos, Fuengirola, Mijas, Marbella y en finalmente en Estepona o Manilva. «Ya está remitiendo la incidencia. Como en anteriores campañas, este fenómeno viene motivado por un verano en el que ha habido una especial «dominancia del viento de Levante. El mar Mediterráneo es más propenso a las medusas, pero tenemos en el mar de Alborán unas características propias. Aquí el principal elemento es ese temporal de Levante, sumado a otros factores ambientales».

En efecto, los expertos indican que la medusa que suele llegar al litoral malagueño, la denominada pelagia noctiluca -en ocasiones se ha temido por la llegada puntual de la temida carabela portuguesa-, como especie invertebrada, depende de las corrientes, así como de las altas temperaturas e incluso influye en su presencia masiva las escasas precipitaciones, que como en el caso de este año se han dado en la provincia de Málaga.

Acerca de las consecuencias de las picaduras, los síntomas apenas han cambiado durante décadas o siglos, «porque son animales muy antiguos, casi inmutables». Las irritaciones suelen ser leves, aunque dolorosas. «No hay una indicación especial acerca de su peligrosidad», insisten las autoridades sanitarias consultadas.

Los responsables del Aula del Mar sí que hacen un llamamiento a la responsabilidad de los progenitores, porque no son pocos los pequeños que suelen pasar mucho tiempo «jugando con cazamedusas en playas afectadas por la presencia de los animales y no se suele ser consciente de que en ocasiones las redes retienen los tentáculos». De esa forma, aunque el animal esté «muerto o disgregado, aún puede generar picaduras».

La lucha desde los municipios

Los municipios del litoral malagueño se han mostrado especialmente sensibles durante el presente periodo estival en cuanto a la prevención de los efectos del paso de este banco de medusas por el litoral. Por ejemplo, en la comarca de la Axarquía, el Ayuntamiento de Torrox puso en marcha una campaña específica hace dos semanas, en colaboración con el servicio de Protección Civil, «para atajar la posible llegada de medusas a las playas del municipio y con el fin de minimizar su presencia y sus efectos sobre los bañistas».

El protocolo incluye «el envío de una zodiac para peinar las playas, detectar si hay algún avistamiento y, si así fuera, identificar a qué especie pertenece para tomar las medidas pertinentes». Las autoridades locales remarcan que se ha previsto un «control de picaduras», con las zonas donde se producen, «teniendo en cuenta la frecuencia por hora, al tiempo que se enviarán informes diarios de la situación al organismo competente».

En Marbella, donde en la primera quincena de julio se llegaron a producir unas 130 picaduras a bañistas atendidas en un único día, la plataforma local de Podemos y Equo planteó la posibilidad de poner en marcha un Plan de Rehabilitación de Tortugas Bobas en el Mediterráneo, «como principal depredador de las medusas, para reequilibrar el número de ejemplares de la especie». Y sólo unos días más tarde también se tomaron medidas inmediatas en la localidad vecina de Estepona. Con la llegada de la segunda quincena de este mes de julio se puso en marcha un primer barco para la recogida de los invertebrados.

A dicho dispositivo se le añadió días más tarde una segunda embarcación. El Consistorio también expresó que esta iniciativa se desarrolla mediante un acuerdo con la Cofradía de Pescadores de la localidad esteponera. Ambos barcos quitamedusas recuperan una medida que ya se puso en marcha en 2012, cuando se produjo una primera llegada masiva de estos animales invertebrados.

El dispositivo está operativo durante las mañanas y las tardes para retirar las medusas que encuentren en las zonas próximas al baño. El ayuntamiento indica que ya existe una partida específica de 10.000 euros para poder actuar ante posibles incidencias de este tipo.

En general, todos los municipios costeros aspiran a que las medusas no sean un obstáculo para que miles de bañistas tomen a diario las playas costasoleños, como certifican esta serie de iniciativas específicas, complementarias a medidas como la impulsada por el Aula del Mar a través de la Diputación.