La nueva cara visible de Cáritas en Málaga procede de una familia cristiana y de los grupos de jóvenes que se formaron en torno a la comunidad educativa de los Agustinos, del Colegio de los Olivos, donde había tenido responsabilidades y colaboraba en actividades solidarias. Patricio Fuentes Maltés atiende a La Opinión desde la Residencia el Buen Samaritano, cuya dirección asumió hace años.

¿Qué siente y qué le supone ser nuevo secretario general de Cáritas Diocesana de Málaga?

Me supone una gran alegría que la Iglesia de Málaga confíe en mi para ello, y siento una gran responsabilidad por llevar las riendas, por lo que supone esta labor tan conocida y reconocida por todos.

Su primera toma de contacto con Cáritas fue con los enfermos de sida, ¿qué puede contar de aquella experiencia?

Hace más de 20 años que empecé en Cáritas como voluntario. Fue en Valencia, ayudando a personas que sufren esta enfermedad en su fase avanzada. Luego vine a Málaga, con 22 años, para preguntar dónde había una casa de ese tipo para seguir ayudando. Así que entré en Colichet, una casa preciosa. Desde entonces siempre he seguido ligado.

¿Es cierto que renunció a un trabajo para ocuparse de la dirección de la Residencia Asistida el Buen Samaritano?

Yo tenía mis estudios de ingeniería en telecomunicaciones, trabajaba y tenía más ofertas, pero me di cuenta de que iba a ser mucho más feliz trabajando en ese campo. Fue una decisión en un momento determinado de mi vida de la que nunca me he arrepentido.

También pasó por el departamento de Comunicación, aunque su formación ha sido constante y variada, ¿considera que es pieza clave para gestionar con más perspectiva?

A mi me parece que es fundamental hoy día para cualquier labor que se desempeñe y que se quiera hacer de la mejor manera posible. Creo que las cosas si se hacen con el corazón y porque realmente se quieren hacer, para mi, lo mínimo es formarse. Yo sigo haciéndolo para que mi labor sea la mejor posible, y para que sea capaz de dar lo mejor de mi.

¿Cómo valora la situación actual de España y de Málaga en cuanto a problemas sociales?

La situación en Málaga y provincia es la misma que se da en el resto del país, aunque es cierto que en algunos sitios están peor que en otros. Nosotros hacemos una doble valoración: por un lado estamos al lado de las personas que más lo necesitan, trabajando con ellos y ayudándoles a que salgan adelante.

Por otro lado hacemos una valoración social y política sobre las causas que nos han llevado a esta situación. Nos hemos encontrado con una importante crisis económica, pero también con una crisis social y de valores. Luchamos contra esta crisis de valores en la que se ha puesto a la economía como centro de la sociedad, y no a la persona. Son las personas las que tienen que ser el centro de atención y estar por encima de las decisiones políticas y económicas de la sociedad.

Desde Cáritas trabajamos con personas que ya eran pobres antes de la crisis, incluso en épocas de bonanza en la que parecía que éramos una de las economías más potentes del mundo. Pero luego se han sumado otras muchas personas de las que podíamos denominar como clase media y que tristemente ahora forman parte de este mundo de la pobreza.

¿Cuáles son sus objetivos a corto y medio plazo al frente de su nuevo cargo?

El objetivo principal es que Cáritas siga siendo conocida y reconocida, y que siga realizando su tarea eficazmente al lado de las personas más pobres. La base de esta organización son los 1.100 voluntarios, junto con los profesionales que tenemos. Pero ellos son nuestra gran riqueza. La labor fundamental es ayudar a que las personas pobres tengan su desarrollo y encuentren su camino.