Un día normal en la vida de un malagueño con formación académica empieza con un gran vaso de agua. Muchos creen aún que la base para atravesar la jornada de manera saludable se base en el consumo de tres litros diarios. Para analizar y sacar conclusiones sobre los hábitos en cuestiones de salud el Ayuntamiento ha puesto en marcha el Plan Municipal de Salud. Se trata de un estudio representativo de la población adulta de la ciudad que se ha trabajado con 2.070 personas de los 11 distritos municipales y que deja una conclusión mayúscula: el nivel de formación académica es un factor determinante en la salud de las personas. Es lo que refrendó ayer el doctor Federico Soriguer, que fue el encargado de presentar el estudio acompañado por el alcalde, Francisco de la Torre, y el concejal de Turismo, Julio Andrade en el Ayuntamiento de Málaga.

Según este estudio, el nivel de salud sigue un logaritmo que responde a una curva fácil. A menos estudios, más se eleva la ausencia de una conciencia sobre la importancia de la prevención. Dependiendo especialmente de los niveles de formación, la población otorga más o menos valor a elementos como la dieta mediterránea o el ejercicio físico. Otro aspecto negativo que se deduce del estudio es el escaso valor que se le otorga al descanso nocturno. Más del 50 por ciento de la población duerme menos de 7 horas diarias. En cuanto a uno de los principales males de la sociedad moderna, la obesidad, el 18,8 de los malagueños sufren sobrepeso. Sin embargo, sólo el 12 por ciento considera que sufren este problema. Otro porcentaje que se mueve en niveles altos, a pesar de las recientes reformas que han aminorado el problema, reside en el consumo del tabaco. Todavía un 35 por ciento de los malagueños se declaran fumadores y un 12,6 por ciento reconoce beber a diario. También destaca el alto nivel de sedentarismo.

A pesar de que los paseos marítimos de la ciudad aparezcan invadidos todos los días por cientos de corredores, los niveles de sedentarismo se mueven en unos niveles muy elevados. El 53 por ciento de los malagueños manifiesta no hacer ningún tipo de ejercicio en su tiempo libre. El informe ha sido desarrollado por Federico Soriguer, que cuenta con una trayectoria reconocida dentro de la salud pública. En vista de estos resultados, Soriguer señaló que el incremento de la educación debe ser el primer objetivo de cualquier política de salud pública. Soriguer recordó que el 40% de los ciudadanos sin estudios padece obesidad y más de la mitad de las personas que no cuentan con formación académica no realizan ningún tipo de actividad física.

El estudio también arroja que existe un elevado número de personas que tiene dificultad para evaluar si le sobra peso y que hay un bajo número de personas que siguen una dieta mediterránea, mientras que constata un excesivo consumo de pan, repostería y carne. Además del nivel de estudios, Soriguer también explicó que había percibido una «correlación clara» entre satisfacción en el trabajo y calidad de vida, ya que el estrés en el trabajo merma la salud del individuo. Como consecuencia, su diagnóstico también detalla que las personas en situación de desempleo van más al médico.

Preguntados por sus prioridades, los malagueños señalaron en la encuesta que su principal prioridad en salud es la atención médica, lo que prueba la delegación que hacen los ciudadanos al sistema sanitario de sus problemas de salud y la falta de concienciación sobre la importancia de la prevención y los hábitos saludables. Haciendo referencia de nuevo al tabaquismo, del estudio se desprende que es necesaria una mayor concienciación sobre la nocividad del tabaco, ya que cuatro de cada diez hombres residentes en la ciudad se declaran fumadores, por un 28 por ciento en el caso de las mujeres, unos datos que se reducirían incrementando la información sobre hábitos saludables.

Como principal conclusión, Soriguer señaló la necesidad de aumentar el nivel educativo de la población y reducir las desigualdades económicas, morales y sociales para obtener mejores índices de salud, según explicó el médico.

Francisco de la Torre, por su parte, se comprometió a seguir dando pasos firmes para hacer de Málaga una de las ciudades más sanas dentro del conjunto europeo.