La mala cosecha de aceitunas de la campaña pasada unida a unas previsiones nada benevolentes para la próxima temporada, provocadas por la sequía y las altas temperaturas, han generado que se disparen los precios del aceite de oliva en origen, contando con el stock más bajo de los últimos años. Un escenario que ha hecho mella en las expectativas de los agricultores, que temen una drástica caída del consumo por la subida del precio también en las tiendas.

La escala de precios en origen y el panorama del mercado apuntan a que la subida no ha llegado a su techo. Y es que el coste del oro líquido cambia unas dos veces cada día en la hoja de ruta marcada por los corredores o compradores, según indicó Enrique Delgado, secretario general de la Federación Española de Industrias Fabricantes de Aceite de Oliva (Infaoliva).

El oro líquido en origen ha subido en el último año más de un 40 por ciento, quedando por encima de los costes de producción, con un virgen extra que rebasa los cuatro euros el litro, 3,8 euros el virgen y 3,7 el lampante.

La cotización del aceite se resiente en los bolsillos del consumidor que puede toparse en tienda con precios que oscilan entre tres euros ochenta y ocho euros el litro, dependiendo de la marca. De hecho, cada vez son menos las grandes superficies que utilizan como producto de reclamo el oro líquido. «El consumidor cuando sube el litro del aceite a los tres euros empieza a resentirse», señaló el presidente de Asaja Málaga, Baldomero Bellido.

Los productores y las envasadoras se benefician de estos precios a corto plazo, aunque perjudicando a los agricultores que vendieron su producción a final de campaña. «Al productor no le interesa una subida de precios del producto porque al final es perdida de consumidores, lo beneficioso es que haya estabilidad», apuntó Bellido.

«Los precios altos son una alegría a corto plazo porque al final este año van a estar por encima de la media de los últimos años, pero a medio plazo puede ser un quebradero de cabeza, porque mucha gente puede decir que no compra el aceite», apostilló el responsable de relaciones corporativas de Dcoop, Esteban Carneros.

No obstante, el presidente de Asaja también consideró que las envasadores han salido perjudicadas por la escala de precios: «Alguien pierde dinero porque durante meses el precio en origen ha estado por encima del precio que ha pagado el consumidor».

«Este año partíamos con un stock de la campaña anterior grande y suficiente, pero seguramente habrá un poco de tensión en el mercado al final», indicó Bellido, para más tarde subrayar que «tenemos cuatro meses por delante, hasta que en el mes de octubre comiencen a recogerse aceitunas».

«El consumo está garantizado, pero en unos niveles algo inferiores a los actuales», recalcó el presidente de Asaja. Y es que según la Agencia del Aceite de Oliva, a mes de junio, las existencias de líquido en España se sitúan en 426.200 toneladas, la mitad que hace cinco años.