­La difícil situación en la que viven Juan José Navarro, Inmaculada Sarmiento y el hijo quinceañeros de ambos, Alejandro, con parálisis cerebral, un 99% por ciento de minusvalía y recién operado tres veces de cadera va camino de desaparecer. La familia vive en una vivienda social de la Junta con dos alturas, por lo que desde mayo Alejandro tiene que dormir abajo en el salón.

Tras la publicación ayer jueves en La Opinión de un reportaje en el que la familia contaba que llevaba 12 años pidiendo a la Junta de Andalucía el traslado a una vivienda en una planta baja, para no tener que subir en brazos a Alejandro y para que deje de dormir en el salón, en un colchón inapropiado, tanto la administración autonómica como el Ayuntamiento de Málaga han ofrecido su ayuda.

Una portavoz de AVRA, la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de la Junta de Andalucía precisó ayer que la vivienda, en el Llano de Doña Trinidad, 3, en El Perchel, «ha estado en gestión por parte del Ayuntamiento hasta el 30 de junio de 2014», por lo que hasta esa fecha «toda cuestión relacionada con la vivienda tenía que haberla resuelto el Ayuntamiento».

En todo caso recordó que en marzo de este año una trabajadora social de la Junta visitó la vivienda, tras una petición de la asociación de vecinos de La Trinidad, e informó a la familia de que había quedado una vivienda libre con ascensor en El Atabal. Inmaculada Sarmiento contaba ayer que rechazó la vivienda por la lejanía y porque con los dos progenitores sin trabajo, sin coche y sólo con los 400 euros de ingresos de la pensión de su hijo, «no hay dinero para coger el autobús».

La portavoz de AVRA subrayó de cualquier forma que la Junta seguirá buscándoles «una vivienda que se ajuste a sus necesidades», pero para ello informó de que es necesario que presenten una solicitud de permuta, «que en este tiempo, desde marzo, no han presentado».

Por su parte el concejal de Urbanismo, Francisco Pomares, se puso en contacto con este periódico para informar de que «como nosotros gestionamos viviendas, hemos llamado a AVRA y a la familia para que si se queda libre alguna en la zona hagamos la permuta con la Junta».

Francisco Pomares explicó que en otras ocasiones el Ayuntamiento ya ha hecho permuta de pisos con la Junta y que el objetivo es que la familia permanezca en el entorno.

«Muy contenta». La madre de Alejandro dijo ayer estar «muy contenta» por la respuesta de las dos administraciones y aseguró que enviaría la solicitud de cambio a AVRA, algo que, cuenta, pensó que no era necesario después de haberlo solicitado la asociación de vecinos de La Trinidad en nombre de la familia.

Inmaculada Sarmiento señala que si tiene que abandonar esta vivienda social, en la que está desde 1999, dos años antes del nacimiento de su hijo, «ya que me voy me gustaría cruzar al otro barrio, La Trinidad, donde tengo a mi familia».

En la vivienda actual los padres tienen que subir y bajar juntos en un carrito a su hijo y salvar 17 peldaños hasta llegar a la primera planta, y luego en su casa los dormitorios y baños están en un segundo nivel -18 peldaños más de escalera-. Cuando Juan José tiene trabajo, contaba su mujer, que está trasplantada de un riñón, ella tiene que pedir la ayuda de los vecinos para poder sacar al adolescente a la calle.

«Con que pudiera abrir la puerta y salir a la calle eso sería una vida nueva», confesaba ayer Inmaculada. La solución está un poco más cerca. El próximo otoño, si no hubiera novedades, este diario volverá a visitarlos.