­Como todo hotel urbano de cinco estrellas, el Vincci Posada del Patio tiene entre sus instalaciones un restaurante al que también pueden acudir los no clientes. La propuesta de este establecimiento se basa en productos de la tierra, tanto es así que el 80% de su carta tiene la etiqueta Sabor a Málaga.

El encargado de trazar las líneas maestras en los fogones es su jefe de cocina, Sergio Garrido, quien también dialoga con La Opinión para ampliarnos detalles: «Creemos que Málaga tiene unos productos que merecen ser conocidos en el mundo entero, nuestros platos parten de nuestra materia prima y se completan con la amplia variedad que nos ofrece la comida mediterránea».

La creatividad de este cocinero malagueño es uno de sus puntos fuertes. Con experiencia al mando de un resort jamaicano en el que se servían 6.000 platos al día, Sergio regresó a su tierra para dedicarse en cuerpo y alma a su gran pasión. «Reconozco que soy un obseso de mi trabajo, me paso todo el día trabajando o haciendo labores ligadas a la cocina», confiesa, mientras manda a preparar dos postres creados al milímetro por él. El primero se llama ´Cenicienta a las 12 am´ cuyo mousse de calabaza representa la propia calabaza sobre una tierra de brownie de chocolate con semillas y pipas de calabaza. El segundo se llama ´Paseo por el Malecón de la Habana´, que consta de un puro habano de chocolate acompañado por un mousse de maní y un suave sorbete de mojito.

Si Sergio pone el cerebro, Ramón vela por el buen servicio de sus camareros. Para el metre de este restaurante lo que marca la diferencia es «la humanidad y la cercanía» de estos a la hora de atender a los comensales. «Hay cierto déficit en este sentido, y yo pretendo que, con independencia de lo que ofrezcamos, esto se haga con el máximo cariño al cliente, porque él es quien nos paga la nómina. Se trata de que se vayan satisfechos con el trato recibido. Trabajamos la empatía, desbordamos felicidad», apunta.