Al menos tres mujeres asesinadas presuntamente por sus parejas en lo que va de año sitúan a Málaga un año más en un lugar destacado en el mapa nacional de la violencia machista. Mientras la Policía Nacional trata de determinar si el caso de la turista que murió por asfixia en un hotel de Torre del Mar el pasado mes de junio se une o no a la lista, lo cierto es que Málaga suma ya tres de las cinco muertes contabilizadas oficialmente en Andalucía. España acumula 24 (25 si se confirma el crimen de Valencia).

Sin embargo, bajo la tempestad machista también destaca la labor que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado ejercen diariamente para garantizar la protección de miles de mujeres que han denunciado a sus exparejas y que actualmente viven con algún tipo de control policial.

Según el Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género (VioGén), a 31 de mayo había en España 51.413 casos activos, por los 14.027 de Andalucía y 2.784 de la provincia de Málaga.

Los más importantes giraban sobre las 16.189 mujeres sometidas a algún tipo de vigilancia. 4.937 estaban en Andalucía y 919 en suelo malagueño, cifra esta última que supone un 18,6% de las protecciones activas en la región y 59 más que en la misma fecha del año pasado. Siguiendo en Málaga, los datos del Ministerio del Interior señalan que la mayoría de los casos activos, hasta 1.865, tenían un nivel de riesgo no apreciado por el que el Protocolo de Valoración de Riesgo (PVR) apenas aplica medidas de tipo asistencial. Las mujeres con un nivel de riesgo bajo, en cambio, forman el grupo más numeroso de las que tienen algún tipo de vigilancia con 793 casos. Aquí, la ley exige a los cuerpos policiales medidas obligatorias como facilitar a la víctima números de teléfono disponibles 24 horas, contactos esporádicos con la víctima, comunicación al agresor de que la víctima dispone de un servicio policial de protección y recomendaciones sobre autoprotección y modos de evitar incidentes, además de otras medidas complementarias.

Esta valoración se revisará cada sesenta días. El riesgo medio, en el que Málaga sumó 126 mujeres en mayo, se revisa cada treinta y supone la vigilancia ocasional y aleatoria en domicilio y lugar de trabajo de la víctima, así como en la entrada y la salida centros escolares de los hijos.

«Acompañamiento a la víctima en actuaciones de carácter judicial, asistencial o administrativo, cuando se considere que puede existir algún tipo de riesgo para la propia víctima» y «procurar que se facilite a la víctima un terminal móvil (servicio tele asistencia)» y una «entrevista personal con la víctima por el responsable de su protección» son los puntos que hay que cumplir a rajatabla. El siguiente nivel es el riesgo alto y Málaga es la única provincia andaluza que no cuenta con ningún caso a esa fecha, mientras que en riesgo extremo la región sólo refleja uno en Granada. Aún así, VioGén tenía activos en Málaga a finales de mayo 51 dispositivos de vigilancia para que los agresores no se acercaran a sus víctimas más de la cuenta.

En el riesgo alto, que se revisa cada siete días, la PVR eleva las precauciones con vigilancia frecuente y aleatoria en domicilio y lugar de trabajo de la víctima y en los colegios. Si no lo ha hecho, hay que insistir a la víctima en su traslado a un centro de acogida o al domicilio de un familiar, especialmente si no se ha procedido a la detención del autor, y controlar de forma esporádica al agresor. El nivel extremo supone una vigilancia permanente de la víctima y un control intensivo del agresor hasta que deje de ser una amenaza inminente, además de la vigilancia del centro escolar de los hijos. Su revisión es cada 72 horas.