La política de limpieza está protagonizando la actualidad de la ciudad en este verano. Un asunto complicado y sucio que ha llegado a su culmen con una amenaza de huelga de los trabajadores de hostelería durante la Feria de Málaga. La razón está en el anuncio del equipo de gobierno de que hará una campaña de vigilancia y sanción a quien incumpla el horario para depositar la basura en los contenedores en el Centro. O la deje fuera de la cuba. Eso incluye a los camareros, con multas de hasta 251 euros por infracción, y a los establecimientos, que oscilarán de 750 a 1.500 euros. La presión no ha gustado a los sindicatos mayoritarios -CCOO y UGT-, que consideran que se carga contra el trabajador.

El anuncio de una huelga en Feria suele meter presión ante cualquier conflicto. Y eleva el tono. En esta ocasión, el grupo municipal socialista se ha apuntado el tanto al conseguir la declaración de los principales sindicatos. Que se haga, es otra historia.

El portavoz socialista, María Gámez, se reunió ayer con los representantes de CCOO, Antonio Herrera, y UGT, Auxiliadora Jiménez, para abordar el rechazo al dispositivo de vigilancia en el Centro, con policía de paisano, para asegurar el cumplimiento del horario para depositar la basura. Herrera insistió en la necesidad de que De la Torre retire las medidas «de manera urgente» si no quiere una huelga de hostelería en la Feria. Además, los sindicatos pidieron un pleno extraordinario para que «los grupos se posicionen», aseguró Jiménez.

La principal crítica de los sindicalistas ha sido para Jesús Sánchez, presidente de la asociación de hosteleros Mahos. «Sánchez ha acusado a los trabajadores de vagos, espero que no represente a todos los empresarios que dice», denunció Herrera, respaldado por la secretaria provincial de UGT.

Cumplimiento de la ordenanza

El concejal de Medio Ambiente, Raúl Jiménez, mostraba ayer su extrañeza por una polémica, a su juicio, carente de fundamento. El edil recordó que sólo se trata de «hacer cumplir una ordenanza municipal que fue aprobada hace mucho». Jiménez puntualizó que la campaña de vigilancia para depositar la basura «se inicia en el Centro porque es donde más basura se produce por metro cuadrado y tarde o temprano se deber extender al resto de la ciudad».

«No se trata de sancionar más, sino de que se cumpla con la ordenanza», insistió el edil, quien aclaró no va dirigida contra el camarero, sino con quien incumpla el horario para dejar la basura en los contenedores o lo haga fuera, ya sea «camarero o un vecino».

El concejal de Medio Ambiente quiso aclarar, además, que las sanciones al camarero serán de 251 euros «que es la misma que se impondría a cualquier vecino». Así, recordó que es al establecimiento al que se multaría con una horquilla de 750 a 1.500 euros.

Para determinar a quién se multa, el Ayuntamiento ha distribuido un decálogo de derechos y deberes que los establecimientos deben enseñar a sus trabajadores y que éstos lo firmen una vez aprendido. Si el documento está firmado, se entiende que el camarero sabe las limitaciones horaria y el incumplimiento es suyo. En cambio, si no se ha firmado el decálogo, la sanción recaería sobre el restaurante.

Apoyo de los hosteleros

El presidente de la asociación de hostelería Mahos, Jesús Sánchez, defendió la medida municipal al insistir en que las sanciones «es a todos los ciudadanos que no respeten el Centro Histórico y que no respeten cómo se tira la basura y cómo se deben reciclar los residuos». Sánchez recordó que el Ayuntamiento «nos pide que demos información» , pero insistió en que «un trabajador puede elegir entre abrir la puerta del cubo de la basura o no abrirla y ya en ese momento no es trabajador, sino ciudadano y debe respetar las normas».