Más del 40 % de los casos de tosferina se producen en niños menores de un año y en más del 80% de las ocasiones el contagio proviene de un adulto que convive con el bebé. Por este motivo, el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría recomienda que la vacunación con Tdpa (tétanos, difteria y tos ferina) a los adultos que estén en contacto habitual con niños pequeños, es decir, personal de guarderías y escuelas infantiles y profesionales sanitarios en contacto con ellos, y también a las futuras madres que estén al final de su gestación.

Esta última medida ya ha comenzado a ponerse en práctica en algunas comunidades autónomas como Valencia o Cataluña. Conocida como la «Estrategia del Nido» esta prevé que los convivientes con bebés o que tengan mucho contacto con ellos, como, además de los padres y hermanos, los abuelos y cuidadores, deban vacunarse, aunque lo más importante es que se vacune la madre cuando está en el último trimestre de embarazo.

Y es que, cuando una mujer embarazada recibe la vacuna de la tosferina, los anticuerpos de su sangre pasan al bebé a través de la placenta. La vacunación de la madre sirve de protección al bebé durante los dos primeros meses de vida, cuando es aún muy pequeño para recibir la vacuna directamente.

Además, estos anticuerpos maternos no disminuyen la respuesta a las vacunas que se le van a administrar al bebé.