De junio de 1965 datan la Memoria y planos de José María Garnica Navarro; redactados por encargo de Leo Shiriqui en representación de Explotaciones Balnearias Playamar, para la construcción de un balneario desmontable (Balneario Playamar). El aprovechamiento de la zona marítimo-terrestre que se proponía iba unido a una gran urbanización de los terrenos del antiguo Colorado y Sanatorio Marítimo, en los cuales se construirían nueve bloques de apartamentos. Como complemento de esta urbanización se proyectaron la construcción del balneario, y el saneamiento de la mencionada playa para evitar su erosión por las aguas conducidas por el arroyo del Pan Triste. Estas instalaciones balnearias constarían de un vestuario común, vestuarios individuales y treinta y nueve familiares; cinco bungalows con duchas; bar-restaurante, y tendrían zona infantil con jardines.

Por una Orden Ministerial de octubre de 1968 se les autorizó ocupar una parcela de 1.650 metros cuadrados, así como el uso de una superficie de 5.350 metros cuadrados en la playa El Lido, con destino a la construcción de un balneario. La concesión sería por un plazo de quince años, venciendo en 1983.

Pasado el tiempo, después de una serie de conminaciones durante varios años, en 1987 se efectuó la reversión al Estado de los mencionados terrenos. Pese a ello, continuó un pleito ante los tribunales, hasta que en marzo de 1988 los propietarios renunciaron a los derechos que pudieran tener sobre la mencionada concesión.

Parque-Balneario en la playa de El Bajondillo

En julio de 1966 Rafael Cámara Marín solicitó permiso para instalar un balneario. Adjuntaba Memoria y planos de José María Garnica Navarro. Se tramitó la apertura de la forma acostumbrada, y en noviembre de 1968 obtuvo la licencia, es decir, la concesión por una Orden Ministerial, a título precario por 20 años; el canon establecido para instalaciones permanentes: zona de juegos, toldos, jardines, etc., fue el siguiente: 874 m2 por 60 Pts./metro cuadrado y año, ascendía a un total de 52.440 pesetas anuales.

En enero de 1988 el propietario pidió una prórroga en la concesión, pero se le denegó, llevándose a efecto el acta de reversión al Estado de los terrenos en diciembre de 1988. La demolición de dichas instalaciones se produjo en febrero de 1992.

Balneario en la playa de El Bajondillo: Playasol

En diciembre de 1966 Amelia Franquelo Galbeño solicitó la concesión de carácter permanente para un balneario en esta playa. Adjuntaba memoria y planos del arquitecto Juan Jáuregui Briales.

En dicha Memoria se decía que las obras a realizar eran las necesarias para la construcción de un bar-restaurante, cabinas de baño, duchas, servicios, todas ellas destinadas a balneario. Empezó su explotación el 20 de julio de 1969, con el nombre de Playasol.

Aunque la concesión caducó en octubre de 1983 -tenía una superficie de 212,70 metros cuadrados, de 15 años de duración-, hasta 1986 no cesó su actividad. Finalmente, en febrero de 1987 se levantó acta de reversión al Estado de los terrenos y obras autorizadas, y después de varios recursos, pese a la oposición del Ayuntamiento, del Sindicato de playas y del Patronato de Turismo, que habían solicitado la demora del derribo hasta que pasase el verano, Demarcación de Costas procedió a su demolición el 3 de julio de 1990.

Restaurante y casetas de baños: Casa Antonio

Antonio Cerdán Leal solicitó en 1967 permiso para construir un bar-restaurante y casetas de baños de tipo ligero y fácilmente desmontables en la playa de El Bajondillo. Adjuntaba plano del ingeniero Francisco G.

Gálvez Vázquez. Su emplazamiento sería muy próximo al muro exterior del paseo marítimo y a la izquierda, mirando hacia al mar, del antiguo colector de saneamiento.

La superficie que tendría sería de 422,50 metros cuadrados, y la obra consistía en dos edificios próximos, uno destinado a vestuarios, duchas y aseos; el otro para restaurante-bar. El presupuesto ascendía a 329.948,01 pesetas.

Después de realizados los trámites acostumbrados, la concesión se otorgó por una Orden Ministerial el 31 de enero de 1968, por un plazo de 12 años, susceptibles de ser prorrogados. El canon que tendrían que pagar anualmente ascendía a 38.025 pesetas.

Demarcación de Costas determinó que el plazo de vigencia de la autorización se cumpliera el 17 de marzo de 1980. Al no haber solicitado prórroga, y persistido en la ocupación a pesar del vencimiento, la jefatura de Costas levantó al interesado el acta de reversión al Estado, disponiendo su demolición en enero de 1988, orden ejecutada en febrero de 1992.

Balneario desmontable en la playa de Montemar

En enero de 1967, Carlo Simonelli Musso solicitó permiso para instalar un balneario desmontable en la playa de Montemar. Adjuntaba Memoria y planos de José María Garnica Navarro. El proyecto tendría las siguientes instalaciones:

a) Veinte vestuarios individuales que ocuparían un ala del conjunto.

b) Cuatro servicios de duchas en la misma ala de las casetas, y una al aire libre en la zona deportiva.

c) Bar-restaurante.

d) Instalaciones deportivas, campo de balón-volea y tenis.

En febrero de 1968 fue autorizado el Sr. Simonelli a instalar el balneario; dicha concesión se le otorgó a título precario, por un plazo de cinco años. La superficie a ocupar sería de 224 metros cuadrados, y se le impuso un canon de 20.160 pesetas por año.

En 1987 se levantó acta de reversión al Estado de los mencionados terrenos, y después de varios requerimientos, el 5 de mayo de 1988, el jefe de Costas le comunicaba al propietario que a partir de diez días el derribo de las instalaciones se llevará a cabo.

Balneario en la Urbanización de Montemar

En diciembre de 1967 Ángel Portillo Madariaga en nombre de Eurosol S. A., pedía permiso para construir con carácter permanente un balneario en la playa de Montemar. Adjuntaba Memoria y planos del arquitecto Antonio Lamela. El balneario constaría de vestuarios y aseos para señoras y caballeros, bar, cocina y anexos, terrazas ajardinadas cubiertas con toldos de lona. La situación de dicho balneario era en el paseo marítimo, a la salida de la Avenida de España; delante del balneario, los terrenos de Eurosol; a la derecha, en las proximidades, los hoteles Meliá y Pez Espada. El presupuesto de las obras ascendía a 751.500,46 pesetas.

El 10 de octubre de 1969 por una Orden Ministerial se le concedió la ocupación de una parcela de 433 metros cuadrados de superficie. La concesión se otorgó a título precario por un plazo de veinte años. El canon aplicado fue de 6.928 pesetas al año.

En octubre de 1971 Eurosol cedía y transfería todos sus derechos a Intusa. Ésta en 1989 solicitó una prórroga de veinte años, que fue denegada en enero de 1991. El 12 de junio del referido año tuvo lugar la reversión al Estado de dichos terrenos. Finalmente, en diciembre de aquel año se le comunicó a Intusa que a partir del día 23 se iba a proceder a la demolición de las mencionadas instalaciones balnearias.

Balneario con servicio de socorrismo en la playa de El Bajondillo (Restaurante La Cabaña de Paco)

En febrero de 1969 Francisco Tudela Espejo solicitó una concesión administrativa para la construcción de un balneario con servicio de socorrismo en la playa de El Bajondillo, en el mismo lugar donde había estado estableciendo, por medio de autorizaciones temporales durante los últimos veinte años, casetas de baños. Acompañaba a la petición Memoria y planos del arquitecto José María Garnica Navarro.

En la Memoria se explicaba que la superficie a ocupar era de 320 metros cuadrados, proyectándose un bar-restaurante, un guardarropa común, cuatro cabinas individuales, caseta de socorro y una torreta de S.O.S. También se instalarían sombrillas, hamacas y tumbonas. El presupuesto de las obras ascendía a 919.317,62 pesetas.

Una vez tramitada reglamentariamente la petición, el 4 de abril de 1972, por una Orden Ministerial se le autorizó a la ocupación de dicha parcela por un periodo de cinco años.

En febrero de 1977, el Sr. Tudela pedía una prórroga de diez años en el aprovechamiento de dicha concesión. El 6 de agosto de dicho año le fue denegada. A partir de aquí comenzó -como siempre sucedía en estos casos-, una pugna legal entre el concesionario y la jefatura de Costas. Finalmente, en febrero de 1992, se procedió a la demolición del restaurante, resto que quedaba del antiguo balneario.

Balneario, instalaciones deportivas y parque infantil en la playa El Bajondillo (Restaurante La Macarena)

En abril de 1969 Manuel Martín García envió una instancia a Obras Públicas diciendo que desde hacía muchos años venía estableciendo en la playa de El Bajondillo unas instalaciones desmontables de merendero y casetas de baños al amparo de permisos temporales concedidos por la Comandancia de Marina. Este restaurante se llamaba La Macarena. Solicitaba la necesaria concesión administrativa para la construcción de un balneario, que estaría integrado por: un Bar-restaurante, un guardarropa común, cuatro cabinas individuales, duchas en una cabina y al aire libre; pista de voleibol y una zona de juegos.

El proyecto que acompañaba la petición, la Memoria y planos estaban suscritos por José María Garnica Navarro. El presupuesto de las obras ascendía a 471.171,49 pesetas.

En septiembre de 1990, el propietario pidió una prórroga de la concesión, de la cual sólo permanecía el restaurante La Macarena. Ésta le fue denegada, y un mes más tarde se efectuó la reversión al Estado de dichos terrenos. Finalmente, el 20 de marzo de 1991, se procedió a la demolición del edificio.

Balneario-Bar en las playas de Los Álamos

La última de las instalaciones balnearias que estudiamos, corresponde a la solicitud de Diego Martín Martín, quien en abril de 1969 adjuntaba proyecto suscrito por Antonio Gea Díez para instalar un balneario en las playas de los Álamos.

Sin embargo, en esta ocasión el expediente se fue demorando en las distintas administraciones, hasta el punto que en 1975, el propietario presentó un nuevo proyecto firmado por Juan Durán Ruiz. La instalación estaría constituida por dos cuerpos de edificación separados entre sí por tres metros. El bar-restaurante tendría unas dimensiones de veinte metros de largo y diez de ancho. El otro edificio, también de planta rectangular, se destinaba a la ubicación de diez casetas para vestuarios, dos duchas y dos servicios. El presupuesto de las obras ascendía a 1.639,633 pesetas.

Sin embargo, después de pedir prórroga varias veces, hasta 1979, el balneario no se puso en funcionamiento. En 1987 le fue comunicado el cese de la concesión, y en noviembre de dicho año se realizó el acta de reversión al Estado de los terrenos, pero el propietario interpuso un recurso de alzada contra Costas. Finalmente, el 14 de abril de 1988, el propietario renunció a la concesión y se procedió a la demolición de la referida construcción balnearia.

Conclusiones

Ya vimos al principio de este trabajo que Demarcación de Costas en los años noventa fue demoliendo uno por uno todos los restaurantes que quedaban -restos de los primitivos balnearios-, en la zona marítimo-terrestre de las playas de Torremolinos, conforme iban venciendo el plazo de las concesiones, con objeto de realizar el trazado del paseo marítimo. Actualmente podemos observar este amplio y extenso paseo con restaurantes, quioscos o chiringuitos que surten a toda la población foránea o forastera, así como duchas públicas para uso de los bañistas que visitan este bello pueblo malagueño.